Para rescatar el Clásico Mundial de Beisbol

A la MLB se le ocurrió crear el Clásico Mundial de Beisbol para sembrar una motivación que ayude a extender y desarrollar el beisbol.

Clásico Mundial de beisbol. Una expresión que ya no se sabe si motiva y crea esperanzas o si genera una reacción de choque que nos pone a correr de espanto.

Yo por una vez coincido en algo con Bud Selig. A la MLB se le ocurrió crear el Clásico Mundial de Beisbol para sembrar una motivación que ayude a extender y desarrollar el beisbol a nivel orbital.

Hasta ahí bien, pero pasó que una idea buena tuvo una implementación mala por la torpeza de los asesores de MLB que equivocaron el proceso y lo ubicaron en la peor fecha posible. En pleno “Spring training”, cuando los jugadores están regresando de vacaciones, pasados de peso y fuera de ritmo.

Luego y por más que los peloteros quieran jugar por su país, resulta que ellos son propiedad de los equipos y estos querrán cuidar su patrimonio.

¿O es que Angels o Dodgers van a arriesgar a Jered Weaver y Clayton Kershaw para que vayan a exigir su brazo, a meter rectas que todavía no tienen en este punto de la temporada? Pues no.

Por eso no pueden tener a los mejores, porque esas estrellas, millonarios de carrera, también hacen cuentas y se preguntan ¿Jugar por mi país? Sí, pero ¿con qué costo? Por eso los equipos que van al Clasico Mundial de beisbol son un grupos de “rejuntaos” de última hora. Van los que pueden.

Aún así, me niego a creer que haya que acabar el torneo cuando es todavía un proyecto nuevo que busca soluciones y no su eliminación.

Para quienes acusan a MLB de copiar a la FIFA, vale decirles que no tiene nada de malo. La FIFA es la organización deportiva más importante del mundo, que rige al más popular de los deportes y tienen más asociados que las Naciones Unidas y mirar a distancia a un gigante como FIFA, debe dejar enseñanzas.

Se vale. El beisbol quiere extender su frontera y explorar nuevos campos y nuevos mercados.

No habrá más de 15 países donde haya beisbol organizado pero ha habido peloteros de más de 30 países que jugaron en las Grandes Ligas. Hay todo un terreno que conquistar y en la era multimediática de la economía global las puertas están abiertas. Solo que hay que tener propuestas sensatas. Viables.

Lo primero que debe hacer la MLB es reubicar el clásico y reinsertarlo en el calendario corrido de las Grandes Ligas.

Ya imagino el grito de la vieja guardia esclerótica del beisbol.

¡No se puede alterar el calendario! Es lo que dicen.

Pero sí se puede. O es que se puede cambiar la fecha de envío de una nave espacial y no es posible modificar el calendario del beisbol.

¿Qué les pasa?

Es simple.

Corren el inicio de “Spring Training” dos semanas y se abre un espacio en lo previo al Juego de Estrellas. Y así se juega el Clásico Mundial con los mejores jugadores, con ritmo de competencia y se cierra con un festival de dos días para el Juego de Estrellas.

Eso cada dos años.

“No se puede”, vuelve a aullar la vieja guardia esclerótica. Pero sí se puede.

Es una decisión de sentido común y entonces sabremos sí los africanos, brasileros, australianos y del norte de Europa le encuentra algún día gusto a algo que disfrutan en Estados Unidos, el Caribe, México y las naciones asiáticas, mientras lo comparten con la prevalencia de otros deportes.

Mr. Selig , Just Do it!

Luego la seguimos.

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