Programa sería modelo

El flujo futuro de trabajadores es clave en un proyecto de ley de reforma migratoria; organizaciones de derechos civiles insisten en no utilizar el sistema actual como base.

WASHINGTON, DC.— Aunque utiliza un seudónimo, Franco tiene miedo. El año pasado llegó al país desde Guatemala con una visa H2A de trabajador temporal. Con la promesa de ganar 150 dólares por día gastó 2,000 dólares por su cuenta en busca de un nuevo futuro en Estados Unidos.

Pero su esperanza de una vida mejor se esfumó el primer día que llegó al país, cuando su nuevo empleador —a quien no identificó— le quitó sus documentos de identificación y sus papeles migratorios.

“Teníamos jornadas de entre 12 y 14 horas de trabajo y la prohibición de recibir visitas” cuenta Franco. Ahora es uno de cientos de trabajadores que se han atrevido a hablar sobre las condiciones que afrontan las personas en los campos bajo el sistema de inmigración legal vigente.

Ayer, The Southern Poverty Law Center (SPLC) presentó un nuevo reporte donde se documentan múltiples abusos, desde descuentos salariales injustos hasta abuso sexual. Actualmente una parte esencial de las negociaciones sobre una reforma migratoria radica en cómo determinar el futuro flujo de trabajadores de mano de obra básica.

SPLC explicó que programas como H2A y H2B están siendo considerados como modelos para las negociaciones en el marco de un nuevo proyecto de ley. “Antes de abrazar estos programas como la panacea en una futura propuesta… antes de expandirlos, les pedimos que miren los abusos”, aseguró Mary Bauer, subdirectora legal de SPLC.

El reporte recalca que sin reformas significativas, la expansión de este tipo de programas llevará a mayores violaciones de derechos humanos. Gracias a H2A y H2B, Estados Unidos recibe cerca de 100,000 trabajadores anuales.

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