Dos jóvenes de Houston, campeones con la Sub 20 de México
Uvaldo Luna y Abel Fuentes lograron con la selección mexicana el título en el Premundial de Concacaf. Se formaron en la Academia de Tigres en Houston
Dos jóvenes futbolistas formados en Houston contribuyeron al campeonato que la selección Sub 20 de México logró en el recientemente concluido Premundial 2013 de la Concacaf.
Uvaldo Luna y Abel Fuentes, formados en la Academia de Tigres en Houston, fueron elementos clave en la conquista del más reciente campeonato juvenil de una selección azteca y ambos comenzaron sus carreras en la escuela de futbol que dirigen los hermanos Mario y Jaime Sánchez en el barrio de Spring Branch. Fue precisamente en este pequeño barrio ubicado en el noroeste de Houston donde ambos seleccionados comenzaron a dar sus primeras señales de promesa.
Uvaldo jugó en un equipo infantil llamado Pumas en las diferentes canchas del barrio y aunque aún no cumplía los 10 años ya mostraba un gran potencial. Abel a sus 14 años ya jugaba en la liga de adultos Jaguares que se encuentra ubicada sobre la calle Tanner en Spring Branch. En las canchas polvosas Abel se destacaba por su técnica y corpulencia y era una pesadilla para los defensas por su velocidad y olfato de gol.
“Cuando por primera vez miré a Abel me quedé impresionado por su altura. Apenas tenía 14 años y ya casi media seis pies y lo invité a nuestra Academia porque era evidente su potencial”, dijo a RUMBO en exclusiva Mario Sánchez, director de la Academia de Tigres en Houston y ‘descubridor’ de este par de seleccionados mexicanos en las canchas de Houston.
“Uvaldo llegó a la Academia de Tigres cuando tenía nueve años, fue de los primeros jugadores que comenzamos a formar en 2004 cuando ya nuestra Academia formalizó el acuerdo con el Club Tigres (de México)”, agregó Sánchez.
Sánchez no se equivocó en sus visorias y en sus pronósticos: Uvaldo y Abel pronto fueron destacándose en los equipos juveniles de la Academia de Tigres, especialmente en los torneos de renombre en los que competía la academia houstoniana a nivel estatal.
El equipo 93-94 donde Uvaldo y Abel jugaban con la Academia de Tigres ganó varios campeonatos estatales y participó en torneos como la prestigiosa Dallas Cup, donde comenzaron a ser detectados estos dos jugadores por visores del futbol estadounidense.
Uvaldo fue invitado a varias concentraciones de la selección Sub 17 de Estados Unidos pero en ese tiempo junto con su entrenador Mario Sánchez se tomó la decisión de que el jugador houstoniano mejor se integrara a las fuerzas básicas de Tigres.
Al ser aceptado Uvaldo en Tigres también se le comenzó a dar un seguimiento por los entrenadores juveniles de las selecciones mexicanas y en su momento decidió jugar para México cuando fue convocado a pesar de que nació en Houston.
“Uvaldo desde los nueve años me dijo que su sueño era ser jugador profesional, así que cuando cumplió los 14 años se tuvo que tomar la decisión de irse a México porque si se quedaba aquí su formación se iba a retrasar, él ya estaba en otro nivel”, comentó Sánchez.
“El caso de Abel fue un poco diferente porque llegó un poco más tarde a la Academia, pero pronto se acopló y dio grandes resultados. Así que también le buscamos lugar en las fuerzas inferiores de Tigres, donde también fue detectado para representar a México”, agregó el director.
La Academia de Tigres de Houston tiene una estructura similar a la que se maneja en las fuerzas inferiores de los clubes mexicanos y selecciones nacionales, y a pesar de que en algunas áreas se necesita trabajar más -como en el caso de instalaciones y cantidad de tiempo dedicado a los entrenamientos- los puntos claves de la formación de jugadores se aplican en esta academia.
“Con el respaldo de Tigres podemos tener ese apoyo de asesoría y sabemos lo que requiere un joven futbolista para poder alcanzar su máximo potencial. En la Academia tenemos la experiencia para saber que jugadores ya traen ese talento natural y cómo debemos ir trabajando esas cualidades para que puedan tener éxito”, explico Sánchez.
El director compartió que se mantiene en constante contacto con Uvaldo y Abel y que como cuando eran niños todavía le hacen la pregunta acostumbrada después de cada partido.
“Me llaman y me preguntan: ‘¿cómo jugué?’ y me piden consejos. Yo con gusto se los doy y espero que sigan creciendo como futbolistas y que muy pronto los veamos jugando en primera división. Son dos jugadores humildes que no han perdido piso y que tienen la mentalidad para llegar lejos”, explicó Sánchez.