Mancera: Me gustaría ser presidente de México
Miguel Ángel Mancera es el político con mayor consenso en una izquierda mexicana dividida por riñas internas
MÉXICO, D.F — Capitalino de nacimiento, Miguel Ángel Manera, de 47 años, es partícipe y observador del renacimiento de la capital mexicana desde su devastación en el terremoto de 1985 hasta su transformación como la ciudad progresista que hoy encabeza como jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Doctor en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y una maestría por la Universidad de Salamanca, es el político con mayor consenso en una izquierda dividida por riñas internas, cercano a políticos clave aunque distanciados como Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador o su mentor Marcelo Ebrard a quienes sucedió en el cargo en una cuarta generación.
Está en sus manos conservar el poder en el Distrito Federal, el bastión que desde 1997 tiene en sus manos el Partido de la Revolución Democrática (PRD), y al mismo tiempo mostrar una agenda “renovada”, “unificada” e “inteligente” como él mismo describe su visión de la izquierda del futuro que quiere protagonizar.
“Como a cualquier mexicano obviamente me gustaría y sería feliz de ser presidente de México”, dice en entrevista con La Opinión sobre los pronósticos que lo pusieron en la terna presidencial para 2018 desde que arrasó las votaciones en el Distrito Federal en julio pasado con el 60% de los votos.
Con tales probabilidades, sus principales contrincantes serían en principio los mismos políticos que lo han llevado de la mano y que también aspiran como hábiles estrategas de la política y las elecciones populares.
Mancera sólo ha ido al escrutinio público para la alcaldía, pero no adelanta escenarios. “Quiero concentrarme en mi trabajo en el Distrito Federal”, donde todavía goza de una aprobación del 57% un punto porcentual arriba del presidente Enrique Peña Nieto en la medición de desempeño.
¿Si puede con la capital mexicana podrá con el país? “Son dos cosas distintas, la responsabilidad del país es un tema mayúsculo, pero la ciudad de México es un buen referente y un magnifico ejercicio de gobierno”.
Con nueve millones de habitantes, más otros 12 millones que la circundan en la región conurbada, la capital del país tiene como talón de Aquiles la inseguridad, ya el narcomenudeo, ya el robo o el asalto a mano armada ?sobretodo en las delegaciones periféricas- y los asesinatos violentos.
Aunque lejos todavía de los enfrentamientos callejeros de las bandas del crimen organizado como en los estados del norte o el occidente, a mediados de enero se registraron 25 ejecuciones en cuatro días en distintos puntos de la urbe.