Muchacho, ¿y tú estás loco?
Me imagino que a muchos que nos tocara similar suerte que a Pedro Quezada nos tendrían que llamar la ambulancia. Oiganme, $338 millones son muchos cuartos. “Eso compra demasiado mangú”, me dijo un antiguo colega que ahora trabaja para la tele.
A mí me tendrían que curar un mal estomacal agudo. Un amigo uruguayo me decía “¿y por qué no pensó antes de presentarse como el ganador?”. Me imagino que en el momento ni se le ocurrió que su vida y la de su familia jamás serían igual. De seguro, que hasta el Papa Francisco va a reclamarle regalías por estar usando el nombre de San Pedro.
Varios dominicanos con quienes hablé se refirieron a Pedro como “típico plátano”. Y todos me aseguraron que por lo menos cotejarán a ver si tienen algún parentesco. No sé lo que haría usted, pero yo sigo mi vida campante y sigo rompiendo el jodonómetro.
“Es que tú no entiendes que si hubiese un dominicano entre los terroristas del 9/11, las Torres estuvieran allí todavía”, me aseguró mi amigo ya citado. “Nosotros no nos podemos quedar callados”.
Entendemos el regocijo de Pedro, pero que se cuide de todos esos nuevos familiares y amigos. Sal corriendo muchacho que, si no, te van a tumbar el poco pelo que te queda.
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