Jueza Sonia Sotomayor desnuda su alma en Puerto Rico

En conversatorio confiesa que cuando la “gente pierde en mi juzgado, mi corazón se siente mal”

Sonia Sotomayor ha compartido con los puertorriqueños como si todos fueran parte de su familia.

Sonia Sotomayor ha compartido con los puertorriqueños como si todos fueran parte de su familia. Crédito: AP

La jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Sonia Sotomayor, está de visita en Puerto Rico presentando sus memorias “My Beloved World”, en la tierra de sus padres.

El libro es un recuento personal de su niñez en un barrio pobre en Nueva York y su ascenso a jueza federal en 1992. “Está escrito para que todas las personas que lo lean encuentren un momento en el libro que sea lo mismo que la vida de ellos. Que cada persona pueda leer el libro y saber que yo soy como tú”, comenzó diciendo Sotomayor durante un conversatorio en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), en Santurce.

Cuando la moderadora, la doctora Carmen Hernández, la llamó por su nombre y se corrigió para llamarla con un respetuoso “jueza”, Sotomayor le sonrió diciendo: “Solamente en la corte soy jueza, aquí me llaman Sonia”.

La primera latina en la Corte Suprema estadounidense relató que su inspiración para escribir fue una pregunta de un periodista en la que le decían que cómo su “feliz niñez” le había ayudado en la vida. Pensativa, confesó que “tuve una niñez con muchos momentos felices pero con mucha tristeza también”.

En ese momento se dio cuenta que “el mundo no conocía a Sonia, que ellos habían creado a una persona que no era yo”.

Otra de las razones que la inspiró a escribir los detalles más íntimos de su vida, incluyendo la muerte de su padre por alcoholismo cuando ella tenía nueve años, fue “la posibilidad que me podía olvidar (de mí) misma”.

“Era importante para mí que antes de perder quien Sonia es adentro de Sonia, tenía que cogerle el tiempo ahora de refrescar sobre mi vida para pensar con mucho cuidado toda la gente y situaciones que me han dado tanto para llegar a donde llegué”, comentó la abogada graduada de Yale.

Haber sido diagnosticada con diabetes juvenil le ayudó a reconocer que “no importa si uno tiene una enfermedad, lo que importa es si la enfermedad corrompe el corazón”.

“Ha sido una parte importante en mi vida mi enfermedad, pero me ha dado mucho (más) poder que muchas personas sin enfermedad”, confesó.

Sotomayor enfatizó lo importante que fue para ella estudiar en la Universidad de Princeton, lejos de sus familiares, porque la educación “no solo te permite la oportunidad de profesiones interesantes, pero te abre el mundo para ti mismo”.

Sobre su labor dentro de la Corte Suprema de Estados Unidos, afirmó que cuando la “gente pierde en mi juzgado, mi corazón se siente mal”.

“La cosa más importante de ser juez es entender que no soy Dios y el minuto que un juez olvide eso es el momento en que la justicia no va a pasar”, agregó.

A pesar de que escribió su libro en inglés por ser su “lengua dominante”, aseguró que en la versión en español, “la lengua de mi corazón”, es tan pura como la original.

Resaltó la importancia de que “My Beloved World”, que se ha convertido en un “best seller” en Estados Unidos, estrenara en ambos idiomas el mismo día porque “es como coger las dos partes que soy: la americana y la puertorriqueña”.

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