Cosiendo sueños con las Girls del LES

Amarilis Jiménez y su máquina de coser, lista para nuevas creaciones.

Amarilis Jiménez y su máquina de coser, lista para nuevas creaciones. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person>Silvina Sterin Pensel< / person>

Amarilis Jiménez camina a diario por todo el Lower East Side (LES) a veces sola, rapidito, llevando papeles, documentos y extravagantes materiales, desde sacos de harina hasta rollos de telas y géneros, y otras con un grupo de hasta 20 o mas niñitas a las que recoge de la escuela P.S. 20, sobre la Calle Essex, todas las tardes.

Siempre está atareada, dando una mano aquí o allá en las múltiples actividades y programas que ofrece el Girls Club, una organización que, desde 1996 fomenta la curiosidad de las niñas que viven o estudian en el vecindario. Amarilis las ayuda a fortalecer su autoestima; a alcanzar su potencial y a hacer realidad sus sueños.

Hace siete años que Amarilis, logró alcanzar el suyo. “Yo anhelaba trabajar aquí en el Girls Club donde traía a mis dos hijas, Dalia y Karolina a algunos programas. Cuando podía me quedaba fascinada viendo este lugar donde hay un verdadero sentido de comunidad”.

Embarazada de muy joven y dedicada a sacar adelante a sus tres hijos, Amarilis, 40, tuvo que poner muchas veces sus sueños a un lado pero una tarde se animó. “Fui donde Lyn Pentecost, la directora, y le dije: Yo quiero ser parte de este lugar; quiero un trabajo aquí”. Luego de estar un año como voluntaria en 2007, esta dominicana auténtica y llena de empuje logró hacerse un lugar y hoy tanto el staff como las niñas, la adoran.

Sin sacar la mirada de unas bolitas de tierra, abono y semillas que amasa con sus manos junto con unas pequeñas de ocho y nueve años, Amarilis piensa un rato: “Soy como la right hand de mucha gente aquí; hago de todo y te soy sincera, se pelean por mí”, remata.

Su descripción no podría ser más precisa. Desde bien temprano Amarilis hornea bizcochos en ‘Sweet Things Bakery’, la cocina de la organización. Una vez que deja las ordenes listas parte rauda a las clases de arte donde trabaja codo a codo con Blanca Martinetti, una ecuatoriana que fue como su madrina. Allí, Amarilis lo transforma todo: un rollo de toilet paper se transforma en servilleteros; hojas de computación usadas pueden ser un imponente cisne, si se las dobla con talento y periódicos viejos se convierten en delicados ramos de rosas.

Tenía apenas 17 cuando su padre, despedido de una firma de electricidad, le comunicó que la familia se mudaba a Nueva York. Aquí, uno de sus primeros empleos fue en una factoría. Esos días parecen ya lejanos pero cada sábado Amarilis pone en uso aquello que aprendió cuando se reúnen los talleres de costura para las miembros más mayorcitas del Girls Club. “Ahí ya la cosa es seria”, dice Amarilis. “Usamos telas donadas para hacer delantales de cocina, máscaras para descansar, agarraderas y todo lo que se nos ocurra”. Muchos de los productos realizados con su ayuda por las chicas se venden en ‘La Tiendita’, el puesto de las Girls Club en el Essex Market y lo recaudado alli es inmediatamente reinvertido en los programas de la organización.

Una de sus hijas tuvo su vestido de Quinceañera gracias a uno de los programas del Girls Club y ahora también podrá vestir algo bonito en su próxima graduación.

Este verano, de la mano del Girls Club, Amarilis viajará a México a visitar el Club Balam, una organización hermana, también para niñas, en Chiapas. “Estoy muy ilusionada con conocer México y con ver el intercambio entre nuestras niñas de aquí y las de allá, escuchar sus anhelos y poner todo de mi parte para que puedan hacerlos realidad tal como los hice yo”.

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