Decenas pierden extremidades por bombazos en Boston (fotos)
A las 7:00 p.m. de este lunes, se desconocía al autor de este acto considerado por el FBI como terrorista
BOSTON, Massachusetts, EE.UU. — Dos bombas estallaron este lunes en calles cercanas a la línea de la meta del maratón de Boston, causando la muerte de dos personas y heridas a más de 110 -cerca de una decena de ellos menores- en una aterradora escena de vidrios rotos, nubes de humo, pavimento manchado de sangre y extremidades desprendidas, informó la Policía de Boston.
Una tercera explosión sacudió la biblioteca John F. Kennedy a varios kilómetros (millas) de distancia y más de una hora después de las primeras detonaciones, pero no se reportaron heridos en este incidente, dijo el jefe de la Policía, Edward Davis.
Un funcionario de alto rango de inteligencia de Estados Unidos indicó que otros dos dispositivos explosivos fueron encontrados cerca de la meta del maratón. El funcionario habló a condición de mantener el anonimato debido a que no estaba autorizado a revelar públicamente información al respecto.
Las autoridades no han hecho declaraciones sobre el motivo o quién habría perpetrado el ataque en uno de los maratones de mayor prestigio en el mundo, y el gobierno en Washington señaló que aún ningún grupo ha asumido la responsabilidad de las explosiones.
Las explosiones en la competencia sucedieron casi de manera simultánea y aproximadamente a 91.4 metros (100 yardas) de distancia una de la otra, causando desprendimiento de extremidades de varias personas, derribando a los espectadores y al menos a un corredor, destrozando ventanas y generando nubes de humo sobre las calles.
“Empezaron a trasladar a personas sin extremidades”, dijo Tim Davey, de Richmond, Virginia. Davey agregó que él y su esposa, Lisa, trataron de evitar que sus hijos atestiguaran la sangrienta escena, pero “ellos vieron mucho”.
Uno de los corredores, un policía estatal de Rhode Island, confirmó que las explosiones causaron que decenas de personas perdieran extremidades.
Tras los estallidos, las autoridades entraron en la ruta para sacar a los heridos, mientras que los rezagados en la carrera de 42 kilómetros (26 millas) fueron redirigidos lejos de la zona.
Competidores y voluntarios gritaban al alejarse del caos. Espectadores ensangrentados eran llevados a una tienda médica que había sido establecida para lidiar con corredores agotados.