Se salva de ser deportado

'La Migra' reabre el caso de un entrenador mexicano de una liga de fútbol local

Eduardo Mireles Salazar sostiene  una pancarta   junto a su nieta Sharytin Hernández,    durante una vigilia en Charlotte,  organizada por un  grupo de "soñadores".

Eduardo Mireles Salazar sostiene una pancarta junto a su nieta Sharytin Hernández, durante una vigilia en Charlotte, organizada por un grupo de "soñadores". Crédito: EFE

Charlotte, Carolina del Norte/EFE — El mexicano Eduardo Mireles Salazar, entrenador de ligas locales de fútbol en Carolina del Norte y cuya nieta suplicó a Inmigración que no le deportaran, no tendrá que abandonar el país.

Vincent Picard, portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), confirmó ayer que la agencia decidió reabrir el caso y cerrar administrativamente la salida voluntaria que un juez firmó en diciembre pasado tras una “exhaustiva revisión”.

“ICE ha adoptado prioridades claras para la identificación y deportación de aquellos que han violado las leyes existentes y consecutivamente, los que acaban de cruzar las fronteras, y los fugitivos de las cortes de inmigración”, enfatizó Picard.

El caso de Mireles Salazar capturó la atención nacional cuando entre lágrimas su nieta, Sharytin Hernández, de ocho años, durante un vigilia solicitó a ICE que no la separaran de su abuelo.

“Estamos muy contentos todos en la familia porque no me deportarán a México y sobre todo la niña” , dijo Mireles Salazar. “Fue una situación difícil, pero mi recomendación a la gente es que no se queden callados, y den a conocer su historia”.

El mexicano obtuvo ayuda del NC Dream Team, el grupo de “soñadores” que emprendió hace varias semanas una campaña de recolección de firmas por internet en apoyo a la comunidad para impedir su expulsión del país.

Viridiana Martínez, fundadora del grupo, confirmó que al menos 500 personas se solidarizaron con el caso del mexicano, quien emigró hace 14 años a la zona de Charlotte desde el Distrito Federal y ha sido desde entonces entrenador de fútbol y voluntario de los Boy Scouts.

El mexicano fue detenido por un agente de la Policía de Charlotte en agosto de 2010 cuando regresaba a casa con su esposa y corroboró —por la placa del vehículo— que tenía vencida la licencia de conducir.

Mireles Salazar contó que mostró el permiso de manejar vencido que tenía al agente pero no lo aceptó y quedó detenido en la cárcel local del condado Mecklenburg, donde se determinó su situación irregular en el país por el programa 287g.

Días después fue enviado a un centro de detención de inmigración en Atlanta, Georgia, y logró salir al pagar la familia una fianza de $5,000.

En los últimos meses, ICE ha cerrado administrativamente o detenido la deportación de varios indocumentados en Carolina del Norte quienes fueron detenidos por las autoridades locales en su mayoría por infracciones menores de tránsito.

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