Derbi alemán, por el nuevo orden europeo
El partido final de la Champions League entre los dos clubes alemanes más importantes de la actualidad definirá la supremacía continental muy a pesar del fútbol español.
LONDRES.- Después de una década en la que Italia, Inglaterra y España han alternado el dominio del fútbol europeo de clubes, llega la hora de Alemania.
Bayern Munich y Borussia Dortmund disputarán el sábado la primera final puramente germana de la Liga de Campeones en el estadio Wembley de un Londres todavía convulsionado por el asesinato en plena calle de un militar británico a manos de dos agresores presuntamente vinculados al islamismo radical.
Alemania, cuyos éxitos siempre han estado más ligados a la selección que a las competiciones por equipos, está de moda.
“Jamás le he entregado un trofeo (de Liga de Campeones) a un club alemán durante mi mandato”, dijo recientemente el presidente de la UEFA, Michel Platini, tras recordar que la última victoria de un equipo alemán, precisamente Bayern Munich, fue en 2001.
En el Mundial de Italia 1990, el artillero inglés Gary Lineker acuñó una frase de esas que sobreviven el paso del tiempo y que estos días se recuerda una y otra vez. Después de que la selección alemana eliminara a Inglaterra, dijo que “el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania”.
Munich y Dortmund cumplieron con la teoría de Lineker.
De la mano de Jupp Heynckes, Munich disputará su tercera final en cuatro temporadas, la segunda consecutiva. El club, con cuatro copas en sus vitrinas, tiene una deuda pendiente con un título que no gana desde hace 12 años, cuando se impuso por penales al Valencia.
Desde entonces, Munich cayó frente al Inter de Milán de José Mourinho en 2010 y el año pasado en su propio estadio ante el Chelsea.
La plantilla de Heynckes es básicamente la misma de anteriores derrotas, con algunas incorporaciones notables, como la del internacional español Javi Martínez en la media. Pero con el protagonismo indiscutible de Arjen Robben, Frank Ribery y los locales Thomas Mueller, Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger.
La velocidad de sus movimientos colectivos en defensa y ataque, llegando permanentemente al área rival con no menos de tres hombres, ha convertido al Munich en una máquina casi perfecta. En la Bundesliga dejó al Dortmund, segundo clasificado, a 25 puntos de distancia y además toreó al multicampéon Barcelona en las semifinales europeas por 7-0 en el global de la eliminatoria.
“Creo que el fútbol ha cambiado, se ha vuelto más complejo”, explicó Heynckes, de 68 años, que abandonará el banquillo a final de temporada y será reemplazado por el español Pep Guardiola. “Por ejemplo es más rápido, tienes menos espacios libres y debes jugar en esos espacios más pequeños”.
“Además hay que presionar y seguir presionando“, agregó.
Si Munich ha sentado cátedra con su fútbol eléctrico, Dortmund representa el atrevimiento de lo desconocido.
Con el carismático técnico Jurgen Klopp a la cabeza, Dortmund ha construido una plantilla de jóvenes perlas que nadie daba como finalistas de la Champions, sobre todo luego de quedar en el mismo grupo que Real Madrid y Manchester City.
Sin embargo, nombres como el del artillero polaco Robert Lewandowski, Marco Reus, Ilkay Gundogan y el central Mats Hummels figuran ahora en la agenda de cualquier entrenador con dinero para fichajes. Por no mencionar a su estrella Mario Goetze, de 20 años, quien se perderá la final por lesióny que ya fue contratado por el Munich para la próxima temporada.
La baja de Goetze es un problema para Klopp, que en cuatro enfrentamientos previos contra Munich en Liga y Copa alemana está temporada todavía no ha podido ganar. El balance es de dos derrotas y dos empates.
“Nunca nos hemos adaptado a nuestros rivales, ni tampoco lo ha hecho el Bayern Munich, así que ¿por qué íbamos a hacerlo ahora?”, dijo Klopp sobre los malos precedentes. “El truco es tratarlo como si fuera un partido normal, pero ejecutarlo de una forma especial, y eso es lo que vamos a hacer”.
La campaña europea del Dortmund fue brillante. Ganó el grupo de la muerte por delante de Madrid y Man City. Sorteó las eliminatorias sin ceder una sola derrota hasta su enfrentamiento de semifinales, de nuevo contra el Madrid, al que superó gracias a un enorme partido de ida en Alemania en el que se impuso por 4-1.
Los cuatro goles de Lewandowski sobrevivieron a la remontada que estuvo a punto de lograr el Madrid tras imponerse 2-0 en la vuelta del Santiago Bernabéu.
“Podemos competir con los equipos más fuertes de Europa en ciertas ocasiones e incluso superarles“, aseguró el Klopp.
Dortmund es el mejor ejemplo de saneamiento financiero puesto en marcha en la liga alemana. Después de ganar su única Copa de Europa en 1997, el club padeció una grave crisis económica, de la que empezó a salir en los últimos años y que esperar culminar en Wembley.
“Es un logro magnífico después de tantos años. Estoy muy orgulloso de mis jugadores. Son muy jóvenes y lo han hecho muy bien”, dijo Klopp tras certificar su clasificación para la final en la capital española.
“No nos conformamos con ser finalistas. Queremos ganar“, añadió.