Alejandro Sanz da esperanza a España

El cantante llega al corazón de su público y lo anima a "seguir caminado".

Sanz está consciente de la crisis que atraviesa el país.

Sanz está consciente de la crisis que atraviesa el país. Crédito: EFE / Archivo

Las letras de amor de las canciones de Alejandro Sanz proyectadas con la fuerza de más 100,000 vatios de sonido han conseguido llegar al corazón del público congregado en el Palau Sant Jordi de Barcelona (noroeste de España), donde el artista ha lanzado un mensaje de esperanza a sus compatriotas.

“La utopía es aquello que cuando te acercas se aleja. Das cinco pasos hace ella y ella dan cinco pasos para alejarse. Es así, las utopías sirven ¡para seguir caminando!”, ha dicho Alejandro Sanz en la primera escala española de su gira mundial, consciente de que llega a un país a punto de perder la esperanza después de cinco años de crisis.

Transmitir emociones es la especialidad de Alejandro Sanz, que ha logrado inyectar esperanza a su público y ponerle la carne de gallina con temas como “Corazón Partío”, “Mi soledad y yo” y “No es lo mismo”.

Aunque las fans del madrileño parecen tener bastante con que éste sonría para emocionarse, Alejandro Sanz no lo ha dejado todo en manos de su encanto personal y ha contado con los intensos solos de guitarra de Mike Ciro y la impresionante voz de la corista Sara Divine, que han ayudado a subir la tensión.

Pero la colaboración más celebrada ha sido la de Antonio Orozco, que se ha subido al escenario en la segunda parte del concierto para cantar a dúo con Alejandro Sanz “No me compares”.

El espectáculo ha empezado con dos temas de su último disco “La música no se toca”, que da nombre a la gira que durante los últimos meses le ha llevado a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Panamá, Perú, Puerto Rico y Uruguay.

Después de que 300,000 espectadores hayan visto a Alejandro Sanz en América, hoy le ha llegado el turno a España, país que el madrileño recorrerá de punta a punta durante los próximos meses.

“Por fin en casa”, ha gritado Alejandro Sanz tras la segunda canción del concierto, que ha dado paso a un repaso de dos horas por la extensa discografía del compositor.

“Ahora les voy a cantar una canción que acabo de componer”, ha bromeado el artista antes de tocar algunos de los temas más conocidos.

El concierto ha empezado a ritmo de rock, con toda la banda vestida de negro y arañando con fuerza las guitarras, pero en seguida le ha llegado el turno a las baladas de amor, que el público, mayoritariamente mujeres, ha coreado emocionado.

Uno de los momentos más románticos de la noche ha sido la interpretación de Sanz de “Enséñame tus manos”, acompañado al piano por el catalán Alfonso Pérez, mientras el escenario se convertía en una noche estrellada.

“¿Qué estás ahí escribiendo?”, le ha dicho Sanz a una espectadora que tecleaba en su móvil. “¿Estamos aquí o no estamos aquí? Ésta es nuestra noche, ¡que no nos la quite nadie!”.

Con el público metido en el bolsillo, Sanz ha encarado la recta final del concierto con la seguridad de quien se sabe querido, pero no ha bajado la guardia y ha seguido seduciendo con gritos de “Arriba Cataluña” y una bandera catalana al cuello.

“Os quiero un huevo”, ha dicho a modo de despedida, poco antes de que el sonido de una tormenta anunciara el fundido a negro.

Pero los bises no podían faltar y Sanz ha guardado para la traca final temas como “Amiga mía” o “Y, ¿si fuera ella?”. Todo un baño de emociones.

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