Hispanos con ingresos de sobre $50 mil serán más en EEUU
Un nuevo estudio plantea que esa comunidad llegará a ser, en los próximos años, un segmento de población decisivo en los patrones de consumo
Miami – Los hispanos con ingresos superiores a los $50,000 anuales son cada vez más y en los próximos años llegarán a ser un segmento de población decisivo en los patrones de consumo de EE.UU., según defendió hoy la Asociación Hispana de Agencias de Publicidad (AHHA).
En 2012 había unos 15 millones de los llamados “upscale latinos” o “latinos influyentes”, cuyos ingresos anuales se encontraban entre $50,000 y $100,000 al año, lo que suponía el 29 % del conjunto de la población hispana de EE.UU.
Se espera que ese porcentaje se duplique para 2050, según el estudio “America’s new upscale segment: Latinos”, elaborado por la firma de medición de mercados Nielsen junto a AHHA y debatido en una reunión celebrada hoy sobre este segmento de mercado.
Según sus datos, este segmento tiene una capacidad de gasto de unos $0,5 billones, lo que equivale al 37 % de los $1,3 billones el conjunto de la población latina.
Además, la mayoría es bicultural (el 75 % habla español e inglés en su vida diaria) y es el motor de las pequeñas empresas (1 de cada 8 hogares de latinos influyentes tiene entre sus miembros a un emprendedor), al tiempo que más de la mitad de ellos ha recibido algún grado universitario.
“Para entender las características del latino influyente utilizamos varias herramientas de segmentación de Nielsen para agrupar a los latinos en varios grupos sociales y estilos de vida”, dijo hoy a Efe Reny Díaz, director de Compromiso con el Cliente de Nielsen, sobre la metodología utilizada para elaborar este estudio.
Sobre esta base, los investigadores distinguieron cuatro segmentos dentro del denominado grupo “uspcale” de consumidores hispanos: En la franja más baja por ingresos están los jóvenes solteros, que viven en hogares individuales de barrios metropolitanos, casi siempre recién graduados de la universidad.
El segundo grupo lo conforman jóvenes “urbanos” que tienen más ingresos y se concentran en las grandes ciudades. También son solteros en su mayoría y con mayor acceso a viajes, tecnología y productos de lujo.
El tercer grupo es el de los llamados “acumuladores” jóvenes, donde aparecen aquellos que empiezan a formar una familia o tienen niños pequeños y se convierten en propietarios de inmuebles gracias a una economía basada en dos sueldos.
El último grupo es el que mayor poder adquisitivo y está formado por personas de entre 40 y 50 años y que generalmente viven en las zonas suburbanas.
“A través de estos cuatro segmentos hemos podio observar que el latino es bicultural, conocedor de la tecnología y en muchos casos es iniciador de ciertas modas”, destacó Díaz, quien aventuró que en los próximos años llegarán a marcar tendencia en este país.
Este grupo de latinos, más joven en promedio que el resto del país -33 años frente a los 39 de los no hispanos-, destacó Diaz, está en una etapa formativa de establecer y afirmar su identidad como consumidores.
“Las decisiones y las afinidades de marcas forjadas con estos consumidores, como ocurrió con los ‘baby boomers’ va a influir en el estilo de vida de EE.UU. en las próximas décadas”, subrayó.
El analista de Nielsen agregó que estos consumidores se concentran en las ciudades de gran presencia hispana como Nueva York, Los Ángeles, Houston o Miami, “pero también los hemos encontrado en ciudades como Washington D.C, Salt Lake City (Utah), Jacksonville (Florida) o Honolulu (Hawai)”.
Respecto a sus hábitos de consumo, el analista puso como ejemplo el sector financiero, donde los latinos influyentes, además de ser pioneros en el uso de la banca móvil, invierten su dinero en distintos productos, que van desde planes de retiro o de ahorro para la educación a tarjetas de crédito, prestamos de automóviles o hipotecas.
“Este es un ejemplo (el mercado financiero) donde las marcas tienen la oportunidad de hablar directamente a un segmento de una manera auténtica, clara y respetuosa, donde la relevancia cultural no podría ser más importante”, argumentó el analista.