Un plan que hace lo opuesto

Como un hombre afroamericano que creció en Brooklyn durante los 1960 y 1970, nadie tiene el derecho de darme sermones sobre racismo. Así que me sorprendí cuando la Presidenta del Concejo Quinn me atacó la semana pasada, igualando el racismo ambiental con mi posición sobre el vertedero de basura en la Calle 91.

Los comentarios de Quinn son inapropiados. Los hechos que cita son incorrectos. Pero sus palabras, injertando el racismo en esta campaña, son peores. Debe pedir disculpas, no a mí, sino a cada neoyorquino de color que ha vivido racismo en carne propia.

Creo firmemente que las comunidades minoritarias no deben ser blanco de vertederos de basura, tránsito de camiones y otros problemas.

Pero el plan de Quinn hace lo opuesto. El hecho es que ninguno de los otros lugares del plan expone a más niños y a miembros de la minoría a problemas ambientales que la estación propuesta para la Calle 91. Específicamente, más de 22,000 personas, 1,000 niños y 6,500 neoyorquinos minoritarios viven en un cuarto de milla del lugar propuesto.

La proximidad del lugar escogido por la presidenta del concejo para la institución Asphalt Green es un problema real. De acuerdo a su más reciente reporte anual, más de 26,000 estudiantes de escuelas públicas que asisten a 50 escuelas desde Loisaida hasta el Bronx, Brooklyn and Queens hacen ejercicios gracias a Asphalt Green. Casi 1,500 nepyorquinos asisten a eventos gratis en esta facilidad. Los neoyorquinos visitaron Asphalt Green 700,000 veces para aprovechar programas pagados y ejercisios. Personas mayores con necesidades de ejercisios especiales los toman aqui para mantenerse fuertes, activos y ágiles.

Crear un vertedero de basura que habilita un tráfico fuerte de camiones y humos creados por estos al lado del centro comunal es incorrecto. Mi oposición se basa en principios, no en política ni raza.

Como alcalde, seré el líder de una revisión comprensiva para un plan que dispone de la basura basado en dos principios: cada condado tendrá su justa tajada y ningún lugar expondrá a las familias y a los niños a un riesgo innecesario.

Pero Quinn ha tratado de tergiversar mi posición aferrada en principios, y compartida por muchos neoyorquinos, para tratar de ganar políticamente.

La gente razonable puede estar en desacuerdo con la política pública. Sin duda nuestra democracia debe facilitar el debate sobre los problemas principales de nuestra era. Pero este debate no debe servir de excusa para ataques basados en raza, ya sea este dirigido a un negro, un latino o un blanco.

Luego de los ataques de Quinn he recibido una avalancha de apoyo de neoyorquinos negros y latinos.

Desde el Congresista Rangel a David Dinkins, al presidente del Bronx, Rubén Díaz Jr., y el Congresista Serrano. Líderes latinos y negros han abierto camino para nuestra gente a través de la historia de la ciudad. Desafortunadamente nuestras batallas no han ocurrido sin dejar moretones.

Estoy postulándome para Alcalde para representar a todas las comunidades y siempre me le enfrentaré al que quiera dividirnos. Nos enfrentaremos a los problemas que la ciudad encara, juntos, sin permitir voces divisivas que quieran desgarrar nuestra unidad.

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