Come bien, vive mejor

Aceites vegetales

A mi hija le gustan los pastelitos salvadoreños, que son unas frituras de maíz relleno con un picado tradicionalmente de papas, ejotes y zanahorias. Aunque yo sé prepararlos, no los cocino porque evito las frituras. Pero mi mamá está de visita en mi casa y ella los cocinó el lunes por la noche.

Lo único que pude hacer es asegurarme que utilizara aceite 100% de maní (cacahuate), el cual no cambia su composición química significativamente cuando está expuesto a altas temperaturas. Es decir, que este tipo de aceite puede utilizarse a fuego alto y no es cancerígeno.

Con los aceites hay que tener mucho cuidado: si se calientan hasta que sale humo oscuro de la cacerola, pueden causar cáncer. Los aceites que son sensibles a las altas temperaturas son los que generalmente se utilizan para ensaladas como de oliva o de maíz virgen.

Hay dos tipos de aceite de maíz, el aceite refinado soporta las altas temperaturas por lo que se puede utilizar para freír y es económico por lo que es una buena opción. Este aceite tiene vitamina E por lo que es utilizado como hidratante de la piel y para tratar el cabello reseco.

El aceite de canola es también muy popular y puede ser utilizado para freír, así como para preparar mayonesa.

Mi aceite preferido para freír es el que utilizan los chinos en las sartenes wok. El aceite de maní es un aceite de color claro con un sabor suave que se puede utilizar para vinagretas. Entre sus propiedades nutricionales está que es rico en vitamina E, tiene un poco de hierro y no tiene colesterol, por lo que es recomendado para personas hipertensas.

Ingredientes: 4 tazas de masa de maíz, dos papas, ejotes y una zanahoria cortada en trocitos, aceite de maní, cebolla picada, y achiote.

Preparación: A la masa se le pone el achiote (colorante) y un poco de sal. Se sofríen los vegetales por separados. Se hace una pequeña tortilla con la masa, en medio se le pone un poco de los vegetales cocidos y se dobla en dos, se cierran los bordes para que quede como una media luna. Se fríen en el aceite hasta que quede crujiente.

Recuerda lo que decía el padre de la medicina, Hipócrates: “Que tu comida sea tu medicina”.