‘Dreamers’ detenidos en frontera

Se les niega entrada a EEUU con visa humanitaria; piden asilo político

Grupo de 'Dreamers' vistiendo su capas y birretes de graduación intentaron ayer cruzar a EEUU, pero fueron detenidos.

Grupo de 'Dreamers' vistiendo su capas y birretes de graduación intentaron ayer cruzar a EEUU, pero fueron detenidos. Crédito: AP

Nueve jóvenes soñadores que regresaron a México y ayer intentaron volver a Estados Unidos por razones humanitarias humanitarias fueron enviados al Centro de Detención de Florence, en la ciudad del mismo nombre en Arizona.

Se les negó la visa humanitaria, pero los jóvenes pidieron asilo político alegando temor de regresar a México.

Mohammad Abdollahi, organizador de la organización Dreamactivist.org, asociada con la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA), confirmó que sus abogados le informaron que los jóvenes fueron llevados al centro de detención.

La CBP dijo en un comunicado que no podía hablar sobre casos específicos.

“Según la ley, las personas que solicitan la entrada al país deben probar que cumplen los requisitos para hacerlo. Para demostrarlo, el solicitante debe hacer más que demostrar que no es inadmisible”, dijo el portavoz Bill Brooks.

Los soñadores cruzaron la frontera en Nogales, Arizona para protestar las deportaciones y separación de familias por parte del Gobierno federal.

El momento álgido llegó poco antes del mediodía de ayer, cuando los nueve se entregaron a la Patrulla Fronteriza que los esperaba con camionetas listas para trasladarlos hasta las oficinas administrativas donde serían procesados durante las próximas horas.

Mientras esto ocurría, los jóvenes y los manifestantes que los rodeaban cantaban “¿Qué queremos? Regresar a casa. ¿Cuándo? Ahora”.

Se reportó además que otros 30 jóvenes se entregaron también a la Patrulla Fronteriza por su cuenta, sin formar parte activa del grupo organizado y que estaban siendo procesados por las autoridades en el puerto fronterizo Di Concini, de Nogales, Arizona. Según portavoces del grupo, no pudieron unirse al mismo porque sus casos no habían sido analizados por abogados que asistían la acción de protesta.

El grupo organizado estaba encabezado por tres “dreamers” que habían salido del país voluntariamente en días pasados: Lizbeth Mateo, de 29 años, que ha vivido en Los Ángeles desde los 14 y es graduada de Estudios Chicanos en Cal State Northridge; Lulu Martínez, originaria del D.F. y que ha vivido en Chicago desde los 5 años y Marco Saavedra, que ha vivido en Nueva York y Ohio desde hace 20 años, cuando tenía 3.

Los tres iban vestidos de toga y birrete mientras caminaban agarrados de brazos con los otros 5, seleccionados previamente entre jóvenes que habían sido deportados anteriormente o que se habían ido a México frustrados por los problemas de sobrevivir en algunas zonas del país sin documentos.

Antes de pasar la frontera, Lizbeth había declarado que “trabajé para elegir al Presidente Obama y lo que nos dio fue separación de familias”, mientras que Marco Saavedra invitó a otros jóvenes indocumentados a “olvidar el miedo, revelarse y organizarse”.

Una abogada local que los asistió, Margo Cowan, dijo a los medios que primero pedirían una visa humanitaria y de recibir una negativa solicitarían asilo debido al temor de regresar a México. Pasadas las 7 de la noche hora local, los jóvenes seguían detenidos, informó Emilio García, director legal de San Bernardino Community Service Center, una de las organizaciones que asistió a los jóvenes en Nogales.

El experto legal, quien ha trabajado con Lizbeth Mateo en algunas campañas de desobediencia civil dijo que este acto pudiera sentar un precedente para futuros indocumentados. “No se trata de una simple medida simbólica sino de forzar al gobierno federal a hacer uso pleno de su poder de discreción legal”, dijo García. “Es admirable el riesgo que han tomado los muchachos que pueden vivir una serie de consecuencias legales por su salida del país”.

En horas de la tarde el congresista Luis Gutierrez había apelado al gobierno de Barack Obama a “hacer lo correcto”. Una de las muchachas, Lulu Martínez, es de Chicago y del distrito de Gutierrez. “Espero que los dejen entrar de nuevo porque para obtener una reforma migratoria integral, las personas deportadas sin record criminal deben poder solicitar su regreso a Estados Unidos”, dijo Gutierrez en un comunicado.

Portavoces del sindicato de Patrulleros Fronterizos (NBPC Local 2554) dijeron por medio de su cuenta de tuiter que “libertad condicional daría un mensaje claro: que no estamos aplicando la ley migratoria”.

Todas las actividades de ayer fueron seguidas por docenas de cámaras y periodistas, y todas las incidencias de la acción eran seguidas por miles en twitter, live stream y otros medios sociales, mientras los organizadores de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA) pedían que sus seguidores llamaran por teléfono a las autoridades federales y congresistas

Los otros cinco que intentaron cruzar fueron jóvenes previamente deportados o que salieron voluntariamente presionados por la separación familiar o la falta de oportunidades. Fueron seleccionados especialmente para participar en este evento, destinado a crear presión sobre el gobierno federal y llamar la atención sobre las contínuas deportaciones y la separación de familias. Estos son:

Claudia Amaro, 37 años, quien vivió en Colorado desde los 13 años y fue deportada en 2006.

Adriana Díaz, 22 años, quien vivió en Phoenix, Arizona y quien se fue voluntariamente tres meses antes que se anunciara que el gobierno daría DACA a los “dreamers” que calificaran.

Luis Gusgavo, de 20 años, quien vivió en Carolina del norte desde los 5 años y que se fue voluntariamente en Agosto 2011 pero luego trató de regresar y fue deportado.

María PEniche, de 22 años, quien llegó a Boston a los 10 años , se regresó a México tres días antes de que se anunciara DACA.

Aparte de la actividad en la frontera, quince inmigrantes iniciaron en Washington una huelga líquida de cuatro días para llamar la atención a la situación de los indocumentados y las deportaciones. Durante el día permanecerán en Freedom Plaza, entre la Casa Blanca y el Congreso y en la noche se recogerán en una iglesia cercana.

Uno de los participantes en la huelga es Antonio Vanegas, un guatemalteco que fue detenido y puesto en deportación luego de unirse a una protestas de bajos salarios contra un restaurante de comida rápida ubigado en el edificio federal Ronald Reagan, el mismo donde están las oficinas centrales de la Patrulla Fronteriza y donde Vanegas había trabajado sin problemas durante tres años.

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