¿Dónde está el centro de la Via Láctea?

Científicos alemanes descubren un pulsar que podría dar las pistas de dónde está el teórico agujero negro supermasivo

El estudio del centro de nuestra galaxia explicaría la evolución de los planetas y estrellas

El estudio del centro de nuestra galaxia explicaría la evolución de los planetas y estrellas Crédito: AP

La teoría afirma que en el centro de la Vía Láctea debe haber un agujero negro súper masivo que se alimenta de materia, el cual forma un disco en espiral a su alrededor.

Este proceso, además de formar un remolino, genera potentes campos magnéticos que hacen que algo de materia se salve de ser absorbida.

De esta manera, el campo magnético del centro galáctico es importante para conocer la estructura del flujo de material del que se alimenta el agujero debido a atracción gravitatoria. Sin embargo, el centro galáctico está oscurecido para los telescopios ópticos de la Tierra por el gas y polvo, lo que dificulta su observación.

No obstante, ahora, científicos alemanes encontraron un nuevo púlsar en el centro de la Vía Láctea que podría ayudar a explicar el funcionamiento del agujero negro más cercano a la Tierra.

Esta estrella de neutrones se sitúa a medio año luz de distancia de Sagitario A* (SgrA*), una gran fuente de radio compacta y brillante que existe en el centro de la Vía Láctea la cual es asociada con un agujero negro supermasivo por múltiples estudios científicos.

El púlsar denominado PSR J1745-2900, fue encontrado a raíz de un destello de rayos X que el telescopio Swift de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) captó en abril pasado, procedente del centro de la Vía Láctea, cuya naturaleza pudo ser corroborada por observaciones posteriores con diferentes radiotelescopios en varios países.

Por su parte, el descubrimiento en concreto fue hecho por un equipo de astrónomos del Instituto Max Planck de Bonn, en Alemania, y les permitió medir la intensidad del campo magnético en la zona inicial del flujo de materia que cae en el agujero negro, indicando que, efectivamente, hay un potente campo magnético, publicó Nature.

“Este campo magnético podría desvelar la forma en que el agujero negro engulle la materia de su alrededor y por qué parece ser tan inactivo en comparación con otros agujeros negros del resto del universo”, dijo Ralph Eatough, jefe de la investigación.

De acuerdo con los investigadores, esta influencia sobre SgrA* es clave para esclarecer importantes hipótesis sobre el agujero negro supermasivo que alberga el centro de la Vía Láctea, como medir con exactitud el flujo de gas caliente del que se alimenta.

Un pulsar es una estrella de neutrones, supercompacta, en rotación, que emite radiación en pulsos periódicos. Así mismo, posee un intenso campo magnético que induce la emisión de estos pulsos de radiación electromagnética a intervalos regulares relacionados con el periodo de rotación del objeto.

Para llegar a esta conclusión, los científicos partieron de estudios previos que aseguran que los campos magnéticos son propios de las estrellas de neutrones por lo que, dada la cercanía entre el nuevo púlsar y el Sagitario A, el intenso campo magnético del primero alcanzaría las cercanías del segundo.

Por otra parte, los especialistas creen que con el estudio de este campo magnético podrían justificar las recientes emisiones de radio y de rayos X procedentes del agujero negro, responsables de su “actual resplandor”.

Se trata de un descubrimiento con un “gran impacto sobre la astrofísica”, agregó Eatough.”La influencia de los campos magnéticos sobre los agujeros negros es crucial para comprender la forma en que la galaxia evoluciona a lo largo de la historia.”

Según el investigador, este es el primer estudio que da evidencias reales sobre la cercanía de un campo magnético alrededor del agujero negro de la Vía Láctea y el hallazgo aumenta las posibilidades de encontrar nuevos púlsares “aún más cercanos al agujero negro”, por lo que seguirán investigando en la misma línea.

Por ahora, los investigadores están pendientes del PSR J1745-2900, esperando detectar cambios a medida que se desplaza alrededor del agujero negro.

Al mismo tiempo buscan más pulsares de este tipo para aplicar la misma técnica de observación y poder hacer un mapa detallado del campo magnético en las proximidades del agujero negro.

“Lo ideal sería encontrar otro púlsar todavía más cerca del agujero negro, lo que nos permitiría hacer mediciones más precisas”, concluye Eatough.

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