Tips dietéticos contra la hepatitis C

La dieta contribuye a disminuir los efectos secundarios de los pacientes con este virus ya que para su tratamiento se inyectan interferón pegilado, un tipo de proteína

MÉXICO, DF – A través de su nutrición, los pacientes con hepatitis C pueden sumarle, en lugar de restarle, al tratamiento que reciben contra este padecimiento, asegura la nutrióloga Claudia Hernández Martínez.

De los virus de hepatitis, el C es el segundo en frecuencia y es de los más delicados, pues quienes tienen este virus, y no reciben tratamiento, pueden desarrollar cirrosis hepática y cáncer de hígado.

Así que su detección oportuna, a través de una prueba de sangre, es fundamental. Están en riesgo quienes se hayan sometido a transfusiones sanguíneas, antes de 1995, cuando no se realizaba tamizaje de la sangre, y quienes entran en contacto con instrumentos punzocortantes contaminados.

De acuerdo con la experta, la dieta puede contribuir a disminuir los efectos secundarios de los pacientes con este virus y para su tratamiento se inyectan interferón pegilado.

Hernández Martínez precisa que la dieta debe estar bajo supervisión del médico y del nutriólogo.

– Los pacientes deben preferir pollo y pescado de entre el grupo de alimentos de origen animal, así como lácteos bajos en grasa, señala.

– Dice que lo ideal es que consuman carbohidratos simples, como azúcares y harinas, frutas y algunas verduras, que se encuentran en los alimentos no procesados. “Deben comer pastas, por ejemplo, que estén firmes, porque cuando están aguadas es más fácil absorber las harinas y los azúcares que contienen y cuando éstas son de fácil absorción condicionan la acumulación de grasa en el hígado”, explica.

– De hecho, puntualiza, lo recomendable es que los alimentos que ingieran no estén sobre cocidos para que no suceda lo antes mencionado.

– Señala que las raciones de fruta deben estar medidas, pues éstas también condicionan a que haya más presencia de hígado graso. “Se debe evitar el consumo de refrescos y jugos de fruta”. “Hay evidencia de que las ácidos grasos monoinsaturados son más beneficiosos cuando las personas están en tratamiento. Se encuentran en el aceite de oliva, por ejemplo, y éste es una grasa que no se transforma tan fácilmente en colesterol; lo mismo sucede con el aceite de canola, el aguacate y el de los frutos secos, como cacahuates naturales y sin sal”.

– Menciona que uno de los efectos secundarios del tratamiento es la elevación de la presión arterial, por lo que es conveniente limitar el consumo de sodio. “Muchos productos de comida rápida están muy salados pero esto no se percibe”.

– Indica que el agua es un vehículo ideal para eliminar las toxinas que generan los medicamentos. “Hay evidencia de que una persona que está en tratamiento y consume de 2 a 3 litros de agua diaria elimina muchos de estos tóxico. El día de la inyección con interferón a muchas personas les beneficia consumir de 4 a 5 litros de agua”.

– Afirma que hay vitaminas y minerales, como las A, B, C, D y E y D, así como el hierro, zinc y selenio, que deben consumirse bajo estricto control del médico, pues según la cantidad pueden jugar a favor o en contra del paciente, o en algunos casos no son recomendables.

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