Republicanos ponen en aprietos la reforma de salud de Obama

Votarán un proyecto de presupuesto que quitaría los fondos para implementar el "Obamacare", lo que amenaza con provocar el cierre del Gobierno

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, 
propuso un voto sobre el presupuesto para el viernes, en el cual se contempla quitar fondos para implementar la reforma de salud.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, propuso un voto sobre el presupuesto para el viernes, en el cual se contempla quitar fondos para implementar la reforma de salud. Crédito: AP

Washington, D.C.- Con una amenaza de veto. Así comenzó el día en Washington, luego de que la mayoría republicana programara un voto para el viernes sobre una propuesta de presupuesto que quitaría los fondos para implementar la reforma de salud. Si no llegan a un acuerdo el Gobierno se cerrará nuevamente, causando millones de dólares en pérdidas.

El ambiente político entre el Capitolio y la Casa Blanca está cada vez más tenso. La Administración emitió una declaración donde se opone drásticamente al proyecto de ley impulsado por los republicanos que mantendría en funcionamiento el Gobierno, luego del 30 de septiembre, cuando se acaba el dinero autorizado por el Congreso hasta ahora.

El cierre del Gobierno es un dejavú para el país. En febrero de 2010 el gobierno cerró por la falta de acuerdo en el Congreso, lo que produjo pérdidas estimadas en más de $500 millones. La amenaza de una crisis de este tipo se ha reiterado en múltiples ocasiones y sólo los acuerdos de última hora, han logrado prevenirlo. Momentos en que ambas partes han cedido mucho y que ha resultado en medidas como el “Secuestro”: recortes automáticos al presupuesto.

Esta situación al menos ha ocurrido en diciembre de 2010, abril de 2011 y agosto de 2012. De acuerdo al Servicio de Investigación del Congreso, cuando se cerró el Gobierno en 2010, se paralizó el trabajo de la mayoría de los empleados federales. Sólo el personal dedicado a las prioridades de seguridad nacional y pago de beneficios gubernamentales siguió en sus puestos.

El público sintió el impacto directo en el cierre de parques y museos, aplicación de visas y pasaportes, cumplimiento de contratos federales, entre otros.

“Esta medida impulsa una agenda ideológica estrecha que amenaza nuestra economía y los intereses de la clase media. Dejaría sin fondos a la reforma de salud, negándole a millones de familias la posibilidad de tener cobertura”, indicó la Casa Blanca.

Mientras aumenta la tensión, las posibilidades de un acuerdo se hacen cada vez más escasas. El presidente de la Cámara de Representantes John Boehner aseguró que proseguirán con el voto pase lo que pase. “Este voto es para proteger a la gente de la ley de salud y nuestro Gobierno. Esta ley es un tren descarriado y debe irse […] haré todo lo que pueda para desfinanciar esta ley”, aseguró.

Los demócratas en el Senado le dijeron a Boehner que está perdiendo el tiempo. “Cualquier ley que quite financiamiento a Obamacare está muerta”, dijo el líder de la mayoría Harry Reid (D-NV).

Las consecuencias de un cierre del Gobierno son serias, pondría la recuperación económica en riesgo. Sólo el tiempo dirá si prevalece el sentido común”, aseguró.

antonieta.cadiz@laopinion.com

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