Programa 3×1 estimula nuevos negocios en Puebla

Con el programa de estímulo 3X1, los poblanos crean sus propias empresas y aspiran a progresar en los negocios

Una moldeadora de la empresa Emily Maniquíes, en Puebla, es uno de los beneficiarios del programa de estímulo 3X1.

Una moldeadora de la empresa Emily Maniquíes, en Puebla, es uno de los beneficiarios del programa de estímulo 3X1. Crédito: Gardenia Mendoza / La Opinión

PUEBLA, México.— Los emigrantes poblanos están en pie de guerra. Obviamente no es una defensiva como la del 5 de mayo que pasó a la historia hace 151 años, sino una ofensiva moderna, más larga, menos sangrienta y absolutamente pacífica: la independencia financiera a través de proyectos productivos del Programa 3X1.

En Estados Unidos aprendieron la técnica; en México, a trabajar y hacer negocios, y con tales armas buscan revertir las cifras que ubican al estado como el de menor inversión en el programa binacional más exitoso de las últimas décadas que involucra a paisanos, al gobierno y últimamente a la academia.

Ellos quieren ser autosuficientes. Pasar de empleados a dueños de futuras compañías trasnacionales, como aprendieron de sus patrones o de la vida misma; dejar poco a poco los proyectos de infraestructura pública porque esa es tarea del Gobierno.

Moldear maniquíes, fabricar blocks, cosechar maíz azul, deshidratar tostadas, criar reses o pintar talavera, son ejemplos de las prioridades actuales con planes de negocios bien estructurados y asesorados por universidades locales.

Aún desde el otro lado de la frontera, los migrantes sostienen 19 obras públicas, pero poco a poco serán las menos porque el 3×1 aquí impulsará más la creación de empresas para enseñar a pescar en vez dar el pescado. Así se ganan los combates sin fusil.

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