Rinden homenaje a oficial de TSA muerto en LAX

A 10 días de su muerte, recuerdan durante un evento especial en el Sports Arena de Los Ángeles al agente Gerardo Hernández

La esposa del agente de TSA Gerardo Hernández, recibe la Bandera de Honor de EEUU.

La esposa del agente de TSA Gerardo Hernández, recibe la Bandera de Honor de EEUU. Crédito: Ciro Cesar / La Opinion

El azul rey del uniforme sobresalía la mañana de ayer en el Sports Arena de Los Ángeles. Eran empleados de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) que desfilaban bajo una enorme bandera estadounidense que colgaba de dos escaleras de bomberos a la entrada.

En el interior policías de diversas corporaciones cubrían sus placas con un listón negro. Era la señal de luto por la muerte de Gerardo Hernández, el oficial de la TSA que fue asesinado el viernes 1 de noviembre a las 9:20 de la mañana en el Aeropuerto de Los Ángeles (LAX).

“El hombre de la gran sonrisa”, fue como lo describieron sus compañeros de trabajo que ayer le dieron el último adiós en una homenaje póstumo al que asistieron el procurador general de Estados Unidos, Eric Holder, el director del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Rand Beers, el administrador de la TSA, John Pistole, y el alcalde Eric Garcetti.

“Siempre mostraba una sonrisa, hacía bromas, hablaba positivamente… nunca olvidaremos a nuestro compañero caído”, dijo uno de sus colegas de la TSA en el estrado rodeado por coronas de flores.

En primera fila estaba Ana Hernández, la desconsolada esposa acompañada de sus hijos, Stephanie y Luis, sentados frente a la fotografía del hombre que los amaba y se sentía orgulloso de su trabajo.

“Gerardo me enseñó el significado de lo que es un padre de familia”, dijo César Pérez, amigo de la familia.

Hernández era un inmigrante salvadoreño que llegó a Estados Unidos cuando tenía 15 años de edad. Fue asesinado en el ataque que protagonizó Paul Anthony Ciancia en el LAX el 1 de noviembre, cinco días antes de que cumpliera los 40 años de edad.

Tenía trabajando tres años con la TSA y se convirtió en el primer oficial de esta agencia federal en morir en el cumplimiento de su deber.

Por eso ayer sus compañeros de trabajo lo despidieron como un héroe y lo elogiaron.

“Lo que realmente hace a Gerardo Hernández un héroe es la forma como vivió, con bondad, con consideración y con amor para todos quienes afortunadamente lo conocieron”, dijo el procurador Holder.

Minutos antes el director de DHS, Rand Beers, de rodillas entregó una bandera de honor a la esposa de Hernández.

Por su parte, el alcalde Garcetti consideró la historia del inmigrante salvadoreño como la de muchos ciudadanos de Los Ángeles que han llegado a esta ciudad para abrirse camino con esfuerzo.

Entre los asistentes estaba también el sheriff Lee Baca, quien comentó que lo sucedido en el LAX es un llamado para debatir sobre el control de armas.

“Esto nos enseña lo vulnerable que somos”, mencionó. “Nos dice que la nación debe continuar diligente en combatir el extremismo… y que las armas deben estar en manos de gente sensata y no en personas con mentalidad homicida”.

El detective del LAPD, Armando Romero, asignado al LAX, comentó que para minimizar los daños en ese tipo de ataques es necesaria la colaboración del público.

“Lo que se puede hacer es ser más vigilante, por eso le pedimos al público que sean nuestros compañeros en esta pelea contra la violencia, y que por favor nos echen la mano para poder todos colaborar y evitar que esto vuelva a ocurrir”, mencionó Romero.

El homenaje póstumo a Hernández estuvo lleno de emotividad cada vez que el coro de trabajadores de la TSA interpretaba canciones para despedir a su compañero, a ese que recordacon como el hombre de la gran sonrisa.

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