Agente tiroteado en LAX murió en menos de 5 minutos
Medicina Legal determina que el agente de origen salvadoreño Gerardo Hernández falleció entre 2 a 5 minutos después de ser herido
LOS ANGELES — El agente de seguridad de origen salvadoreño Gerardo Hernández, abatido a tiros a principios de este mes por un hombre armado en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles, falleció entre dos y cinco minutos después de ser herido, según Medicina Legal.
La declaración ocurre después que The Associated Press reportó que varias entidades investigaban si los paramédicos podían haber llegado con más rapidez a Hernández, agente de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) el 1 de noviembre.
Hernández estuvo en el suelo 33 minutos antes de ser trasladado a una ambulancia, aunque el agresor fue controlado a los cinco minutos de los hechos, dijeron funcionarios a la AP. Pero no estaba claro si la atención médica inmediata pudiera haberle salvado la vida.
Aunque todavía no están listos los resultados de la autopsia, había presión para aclarar cuándo falleció, dijo el miércoles Ed Winter, subjefe de Medicina Legal, quien agregó que se ofrecerán más detalles en el informe final esta semana.
Las conclusiones oficiales pudieran demorar meses, pero lo que se conoce indica la posibilidad de que la falta de coordinación entre las autoridades de policía y bomberos evitó un tratamiento rápido de la víctima.
Las autoridades dicen que el agresor, Paul Ciancia, la tenía tomada con agentes de la TSA en una venganza contra el gobierno federal cuando sacó un fusil semiautomático de una bolsa y le disparó a Hernández.
El agente llegó al hospital sin señales de vida y los médicos trataron de reanimarlo durante una hora.
Un informe forense preliminar indicó que una bala le perforó la aorta a Hernández, lo que pudiera haber causado una fuerte hemorragia, según un funcionario policial familiarizado con el informe. El individuo habló a condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar del tema en público.
Las autoridades están estudiando las comunicaciones entre los jefes policiales y de bomberos para determinar si podían entrar con seguridad a la terminal aérea y si los paramédicos pudieran haber entrado antes, dijo un funcionario que pidió no ser identificado por no estar autorizado a hablar del tema.
La Policía de Los Angeles está investigando si uno de sus agentes dijo indebidamente a otros que Hernández estaba muerto cuando lo chequeó cinco minutos después del tiroteo.
Marshall McClain, jefe del sindicato de policías del Aeropuerto de Los Angeles, dijo que el agente en cuestión no debió ser quien determinara si Hernández estaba muerto y debió haberlo ayudado. Charlie Beck, jefe de la Policía de Los Angeles, expresó en una declaración que el informe forense indica que no era posible salvar a Hernández y calificó de “irresponsable” los reportes de la prensa.
“Lo que me preocupa es que esto es que provocó un dolor innecesario a la familia del agente Hernández”, dijo Beck.
Paul Ciancia, de 23 años, pudiera enfrentar la pena de muerte si lo declaran culpable de un cargo federal de asesinato.