Robinson Canó desafió el monumento Yankee
Puede ser que los Yankees quisieron convencer a Robinson Canó que sería el primer jugador dominicano en tener una placa en el Monumento (Monument Park) del estadio de El Bronx.
Al parecer, el referido sitial, donde están marcados los nombres sonoros encabezados por los famosos ex jugadores Lou Gehrig, Babe Ruth, Mickey Mantle y Joe DiMaggio, así como el manager Miller Huggins, fue uno de los anzuelos que se usaron para tratar de que el intermedista, considerado como el mejor jugador que tenían los Bombarderos en su nómina, permaneciera con esa organización con un precio que se adaptara a la nueva nómina del club.
Canó, quien deja números increíbles y difícil de igualar en el conjunto para un segunda base, durante sus nueve temporada con los Bombarderos, prefirió embolsarse un súper contrato de 10 años y $240 millones con los Marineros de Seattle, equipo que hace mucho que no suena en los primeros puestos de la Liga Americana.
Ahora con nuevos aires y un futuro económico estable, el taciturno pelotero originario de San Pedro de Macorís, ciudad cañera ubicada al este de la República Dominicana, cuna de grandes luminarias de las Grandes Ligas, incluyendo a Sammy Sosa, Tony Fernández, Alfredo Griffin, Juan Samuel, Rico Carty, George Bell, Julio Franco y Juan Esteban ‘Tetelo’ Vargas, se encamina con el uniforme de Seattle a ocupar en lugar en el museo de Cooperstown, Nueva York, que conserve su trayectoria en el deporte más rentable de la Unión Americana.
Brian Cashman, gerente general de los Yankees, siempre esperó que Canó, de 31 años, se quedara donde había pertenecido por espacio de nueve campañas consecutivas, donde disparó 204 jonrones, 1,649 hits, remolcó 822 carreras y tuvo un ‘slugging’ de .504. Impresionante para un segunda base.
Es muy cierto que la distancia es lejana para los fanáticos que aún siguen la trayectoria de este increíble jugador, considerado como único en su clase; heredando la fama que creara el boricua Roberto Alomar, inmortalizado en el Salón de la Fama entre los intermedistas más prestigiosos.
Pero el béisbol rentado eso es lo que busca: el más grande entre los mejores.
Canó tiene en su foja cinco Bates de Plata, dos Guantes de Oro, también en cinco Juegos de Estrellas y un Clásico Mundial, donde se adjudicó el premio de Jugador Más Valioso con la selección dominicana que ganó este año el torneo en forma invicta, marcando aquí números ofensivos asombrosos para la historia: al batear de 32-15 , para promedio de .469.
El año pasado Canó disparó con los Yankees para promedio de .307, con 27 jonrones, 107 carreras remolcadas; anotó 81 veces en 160 juegos y tuvo 605 turnos al bate.
Pero estos números no convencieron a Hal Steinbrenner, presidente y cabeza principal de los herederos del club de El Bronx, para retenerlo a todo costo.
En estos momentos el jugador con mayor salario de las Grandes Ligas sigue siendo el antesalista Alex Rodríguez, de descendencia dominicana, quien firmó un contrato de $275 millones con los Yankees en diciembre del 2007.
A-Rod ahora es secundado, en ese aspecto, por el quisqueyano de los Angelinos de California, Albert Pujols, y Canó; la trilogía mejor pagada de este deporte.
Mientras tanto, con Derek Jeter y Mark Teixeira en veremos por sus respectivas lesiones, así como con A-Rod en duda por el caso de los esteroides de la fallecida clínica Biogenesis de Miami, a los Yankees se le suma un dolor de cabeza para la próxima temporada. A pesar de las nuevas adquisiciones, donde sobresalen los jardineros Jacoby Ellsbury y el boricua Carlos Beltrán, así como el receptor Brian McCann, tendrán que mover bien sus fichas para tratar de redondear un cuadro interior estable, aunque tengan que entregarle el guante de la intermedia a Alfonso Soriano, quien no defiende esta posición desde una década, tras ser covertido patrullero izquierdo.