Obras que salen de la basura y llegan al árbol de Navidad

El artista Iván "Tolteca" González, residente en Nueva Jersey, esculpe cuerpos y rostros inspirados en la cultura de su país de origen

González le dedica hasta 12 horas por día a sus obras.

González le dedica hasta 12 horas por día a sus obras. Crédito: EDLP / Zaira Cortés

Nueva Jersey — Lo que era una caja de cartón abandonada frente a una bodega, en manos de Iván “Tolteca” González, 26 años, se convierte en el Chapulín Colorado. Con engrudo, pintura y aserrín, el artista de Passaic, Nueva Jersey, esculpe cuerpos y rostros de peculiares juguetes inspirados en la cultura mexicana.

La juguetería de cartón, una tradición de origen religioso, es popular en los estados de México y Guanajuato, en donde se elaboran caballitos y muñecas que se obsequian el Día de Reyes. El proceso se inicia al sumergir cartón en agua para separar las capas, que luego se dejan secar por al menos un día, dependiendo del tamaño de la pieza, para que adquieran consistencia. Con este material y la destreza en sus manos, González da forma a las facciones del rostro y los detalles de los músculos de sus creaciones.

“El proceso de convertir lo frágil en sólido es emocionante”, expresó este prolífico muralista que, antes de emigrar a los Estados Unidos, se dedicaba a la pirotecnia en Puebla, su estado natal. “Lo que es desecho para muchos, para mí es un luchador famoso, un insecto imposible o un coyote cantándole a la luna”.

Las extremidades de la escultura se arman con papel grueso y cinta adhesiva. La estructura debe ser lo suficientemente firme como para soportar el cartón mojado en engrudo (una mezcla de agua, harina y azúcar).

Para darle un terminado liso y durable, la escultura se cubre con una mezcla para resanar paredes, parecida al yeso. La pintura es la fase que más paciencia y creatividad implica, dijo González. “De cada pincelada depende si el cliente se enamora o lo piensa dos veces antes de llevarse una juguete a casa”, enfatizó.

González dedica hasta 12 horas por día a sus obras. La primera fue un Cantinflas con cigarro en mano y pantalón caído de 5’11” de altura.

Iván aprendió por su cuenta el arte de la cartonería y, con sólo dos años de práctica, vendió recientemente una pieza por $2,500. La mayoría de sus juguetes y esculturas cuestan entre $30 y $200, dependiendo del tamaño y estilo.

El Chapulín Colorado, un personaje del comediante Roberto Gómez Bolaños; los luchadores Octagon, Atlantis, Blue Demon y el Santo practicando la famosa lleve “urracarana”; y las Catrinas son algunos de los personajes que más se venden.

“Es difícil enfrentarse al menosprecio de algunos clientes que no quieren pagar lo justo”, se lamentó el artista. “Transformar una caja de cartón implica esfuerzo, creatividad y tiempo. No es una piñata, es arte; aunque este arte tenga un origen humilde”.

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