Surge división por la reforma
Hay acusaciones de 'traición' entre los legisladores hispanos
HOUSTON, Tx. En público los cuatro políticos hispanos encargados de la negociación de un reforma migratoria en la Cámara Baja aseguran tener una relación “de mutuo respeto y entendimiento”, pero en privado no faltaron las acusaciones de “traición” entre ellos durante 2013.
Ahora, la forma en que manejen su relación podría afectar las negociaciones en 2014.
Los demócratas Luis Gutiérrez de Illinois y Xavier Becerra de California, junto a los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart de Florida y Raúl Labrador de Idaho, formaron parte del grupo cuyo objetivo era negociar a puerta cerrada un proyecto de ley sobre reforma migratoria en 2013.
Fuentes vinculadas al grupo indicaron a La Opinión que los desacuerdos entre Gutiérrez y Becerra de California se centraron en ” la estrategia y sustancia de las negociaciones”.
Una fuente cercana a los congresistas aseguró a La Opinión que el punto más tenso fue cuando Gutiérrez atacó seriamente a Becerra, presidente de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, delante de todos los demás congresistas.
“Lo acusó de torpedear los esfuerzos, de ser un obstáculo, un traidor, de decirle cosas a la prensa para entorpecer las negociaciones y de privilegiar los intereses de su partido. Becerra respondió diciendo que no era verdad y que Gutiérrez no tenía pruebas de nada de eso”, aseguró.
Becerra prefirió no hablar “de las conversaciones que tuvo en privado con mis colegas”, y enfatizó que su récord de más de 20 años habla por sí mismo. “Yo sé lo que hice en las negociaciones y cómo me comporté, luché para los intereses que siempre he luchado, no cambié mi postura de ninguna manera”, declaró a La Opinión.
Gutiérrez siguió la misma línea y dijo que no hablaría de conversaciones que ocurrieron en la privacidad, “porque a final de cuenta la discreción es importante en cómo se llevan a cabo las conversaciones”, agregó que ” tanto yo como Becerra tenemos un compromiso con la comunidad inmigrante”.
“Nunca me he visto como un partidario de la coalición demócrata, ni como un portavoz del liderazgo demócrata en la Cámara de Representantes. Creo que eso te ata las manos y si yo tengo que quejarme y denunciar a mi propio partido lo haré”, afirmó al indicar que continuará el próximo año asumiendo su rol en las negociaciones por una reforma.
Díaz-Balart insistió en que él y Gutiérrez seguirá negociando y esperan lograr avances concretos en 2014. En 2013 “hubo conflictos, pero los que estábamos en ese grupo después de tanto tiempo sabemos que continuaremos negociando. Todavía hay conversaciones. Nos reuníamos 2 a 3 veces por semana nunca menos de una hora a veces hasta 5 horas”, contó “eso cuenta”, concluyó.