Familia de hispana conectada en Texas demanda al hospital

Las autoridades del centro médico no quieren desconectar a Marlise Muñoz, quien tiene muerte cerebral, porque está embarazada

Erick Muñoz, el esposo de la paciente, insiste en que Marlise Muñoz no quería vivir en esas condiciones.

Erick Muñoz, el esposo de la paciente, insiste en que Marlise Muñoz no quería vivir en esas condiciones. Crédito: AP

Austin – La familia de Marlise Muñoz, una embarazada con muerte cerebral hospitalizada en Texas, presentó el martes una demanda para que la Justicia apoye su voluntad de desconectarla del respirador artificial, pese a que la legislación de ese estado no lo permite en los casos de mujeres en estado de gestación.

La demanda, firmada por el esposo de la paciente Erick Muñoz e interpuesta contra hospital donde está ingresada, pide explícitamente permiso judicial para “poder retirar el respirador artificial y cualquier otro tratamiento que mantenga con vida el cuerpo de Marlise Muñoz inmediatamente y sin más demoras”, según la documentación.

Muñoz, oriunda de Texas y de 33 años, sufrió una embolia pulmonar en la cocina de su casa a finales de noviembre, fue declarada en muerte cerebral y siempre se había opuesto a mantener la vida de manera artificial.

Desde el principio, la familia consideró inhumano que el feto siguiera creciendo bajo esas circunstancias, en un cuerpo clínicamente muerto y sin un funcionamiento correcto, y además argumentó que el embrión sufrió durante la embolia la misma falta de oxígeno y las mismas sacudidas eléctricas que la madre.

Sin embargo, los médicos del hospital en Fort Worth se opusieron a desconectarla a causa de su embarazo de 14 semanas: la ley local, como la de unos veinte estados más en EEUU, no permite hacerlo en caso de pacientes embarazadas.

La ley, aprobada por el Congreso de Texas en 1989 y modificada en 1999, establece que nadie puede poner fin a un tratamiento para mantener la vida artificialmente de una paciente gestante.

El padre de la mujer, Ernest Machado, declaró a “The Dallas Morning News” que, en el accidente doméstico, “el pobre feto sufrió la misma falta de oxígeno y los mismos ‘shocks’ eléctricos” que ella.

La demanda asegura que Erick Muñoz, esposo de la paciente, “se opone vehementemente a cualquier tratamiento médico que se realice en el cuerpo difunto de su esposa”.

“Marlise Muñoz está legalmente muerta y llevar a cabo más procedimientos quirúrgicos en un cuerpo muerto es nada menos que indignante”, añade la petición a la Justicia.

En la argumentación legal, los dos abogados que llevan el caso justifican que el hospital “interpreta erróneamente” la ley de Texas: si la paciente está muerta, ni puede estar embarazada ni se le pueden aplicar medidas para sustentar la vida, ya que no dispone de vida, según esgrimen.

El documento acusa al centro médico de ignorar las peticiones de Erick Muñoz y la familia de Marlise.

La familia pide que se desconecte el cuerpo del respirador, tanto por su opinión en ese sentido como por la que Marlise, profesional de la sanidad, hizo explícita en conversaciones sobre el tema tiempo atrás.

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