40 indocumentados logran cruzar la frontera en Otay

Del grupo autodenominado "Reforma150", sólo 40 pudieron cruzar solicitando asilo o una visa humanitaria. A finales de la tarde aún están siendo procesados

Cuarenta solicitantes de asilo cruzaron la frontera de México a Estados Unidos por la garita de Otay, con el argumento que fueron separados de sus familias, porque no recibieron oportunidad de juicio migratorio.

Cuarenta solicitantes de asilo cruzaron la frontera de México a Estados Unidos por la garita de Otay, con el argumento que fueron separados de sus familias, porque no recibieron oportunidad de juicio migratorio. Crédito: Notimex

OTAY, zona fronteriza.- Por tercera vez desde el pasado verano, un grupo de migrantes que vivieron la mayor parte de su vida en Estados Unidos y luego fueron deportados o decidieron partir por razones de fuerza mayor, pidieron entrar de nuevo al país pidiendo asilo o una visa humanitaria, con el objetivo de reunificar familias y de enviar un mensaje sobre carencias del sistema migratorio estadounidense.

Esta vez el grupo se autodenominó “Reforma150” en vez de “Dream” para indicar que su enfoque ahora está en pedir una reforma migratoria para reunir a las familias de millones de personas separadas por la deportación y el difícil acceso a visas y a tarjetas de residencia para vivir en Estados Unidos.

Se había anunciado que serían 150 personas las que cruzarían este lunes, pero a última hora los organizadores decidieron dividir el grupo. “Queríamos separar a los dreamers”, dijo Dulce Guerrero, portavoz del grupo. “Quedaron más de 100 personas, familias, niños y adultos del otro lado”. Fueron alrededor de 40 personas las que cruzaron el lunes al mediodía, casi todos “dreamers”, más 5 adultos y varios niños.

Guerrero no estaba segura de cuando cruzaría el resto. “En los próximos días, a más tardar el próximo lunes”, dijo.

Del lado de México quedaron esas familias, que llegaron en autobuses como los “dreamers” a apoyar y gritar cánticos de estímulo a los que se entregaron. “Obama, queremos reforma” y “no están solos”, gritaban.

Algunas personas se unieron espontáneamente al grupo que se entregó a las autoridades. Martín Jesus Ustaita llevaba una maleta y un maletín con documentos cuando se unió al grupo en la puerta de Otay.

“He vivido por 30 años en California y tengo un negocio que está cerrado desde hace más de dos años de aquel lado. Allá tengo a mi esposa, tres hijas, dos nacidas en Estados Unidos y una “dreamer” y cuatro nietas, dos que no conozco”, dijo. “Estoy desesperado, sigo pagando la renta de mi negocio para no perder el patrimonio de diez años de trabajo”.

En anteriores intentos en el verano y otoño pasados, las autoridades liberaron a las familias con hijos y mantuvieron detenido al resto, durante varias semanas, mientras se realizan las entrevistas preliminares de asilo. Algunos de los que intentaron pasar fueron deportados pero la mayoría aprobó su entrevista de “miedo creíble”, el primer paso para empezar con un caso de asilo.

Por la noche, las autoridades de inmigracion solo habían liberado a un joven menor de edad, que cruzó la frontera acompañando a su padre.

El menor, identificado como Javier Gallegos, es ciudadano estadounidense nacido en Arizona. Su padre, Plácido Gallegos, seguía detenido.

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