Se entregan más migrantes tras cruzar la frontera desde México

El segundo grupo de migrantes de la campaña “Bring them home” que llegaron a Tijuana, cruzó la frontera y se entregó hoy a las autoridades de inmigración

Decenas de solicitantes de asilo cruzaron la frontera de México a Estados Unidos por la garita de Otay.

Decenas de solicitantes de asilo cruzaron la frontera de México a Estados Unidos por la garita de Otay. Crédito: Archivo / Notimex

SAN DIEGO, California.- El segundo grupo de los cerca de 150 inmigrantes que llegaron a Tijuana con la esperanza de obtener visas humanitarias o asilo que les permita regresar a Estados Unidos, se entregó hoy a las autoridades de inmigración estadounidenses en el cruce fronterizo de Otay Mesa, en California.

El medio centenar de personas, compuesto en su mayoría por padres de familia acompañados de sus hijos, llegaron a la frontera en su huida de la violencia en México o con el objetivo de reunirse con sus familias en Estados Unidos.

Florencio Rodríguez fue deportado hace tres años y desde entonces, ha vivido en una comunidad indígena en Guerrero.

Músico de profesión, Rodríguez aseguró que ha recibido amenazas de muerte por parte de grupos del crimen organizado, y por eso ahora pide una oportunidad para regresar a casa, donde lo esperan tres hijas, todas ellas, ciudadanas estadounidenses.

“Hay mucha extorsión, secuestro, inseguridad”, mencionó. “Traigo algunas pruebas de las muertes que hay a mi alrededor, he recibido amenazas de que van a hacerle daño a mi familia”, aseguró.

El inmigrante, que llevaba mucha documentación para corroborar su versión sobre la inseguridad y las amenazas recibidas, cruzó la frontera tomado de las manos de sus hijas de once y trece años mientras su hija mayor, Joselyn Rodríguez, quien es integrante de las fuerzas armadas de Estados Unidos, esperaba del lado mexicano a que su padre se entregara a las autoridades.

La joven, de 22 años, ha intentado varias veces lograr la ciudadanía para su padre, no obstante, por la condición migratoria de su padre, le dijeron que tendría que esperar 10 años o en caso de que llegara a morir en combate.

“No solamente estaría dando la vida por el país, sino por mi familia”, dijo.

Rosalino Francisco Benítez, originario de Veracruz, acudió al puerto de entrada en compañía de sus dos hijos pequeños e igualmente, pidió asilo.

“Hay mucha violencia, no hay nada de seguridad, por eso quiero que los niños regresen al país donde nacieron”, declaró el inmigrante que fue deportado hace dos años.

El mexicano dijo estar consciente de que será detenido y que su proceso legal podría extenderse, aunque señaló, que es un riesgo que está dispuesto a tomar para regresar a Estados Unidos.

“Estamos dispuestos a todo, no tenemos nada que perder”, aseguró.

El organizador e integrante de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA), Alex Aldana, comentó que hasta el momento sólo se sabe que del primer grupo que cruzó una persona ha sido deportada de nuevo y otra que ya obtuvo permiso para estar en el país.

El resto continúa en los centros de detención y están a la espera de que los abogados les informen si podrán quedarse en Estados Unidos.

Señaló que hay esperanza de que se permitirá el acceso al grupo de inmigrantes. Asimismo, indicó que ha existido buena comunicación entre la coalición y las autoridades federales en la logística de esta manifestación pacífica.

“Han cooperado”, comentó. “El propósito que tienen al igual que nosotros es que todo salga pacífico, que las familias lleguen al proceso y que sea algo ordenado”, detalló.

El cruce se llevó a cabo sin contratiempos y fue resguardado en todo momento por elementos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), quienes permitieron el paso al grupo de familias, quienes de inmediato fueron separados al lado derecho del cruce peatonal, mientras que el resto de turistas y residentes fueron enviados a otra fila.

Enrique Morones, director de Ángeles de la Fronteriza, denunció la falta de voluntad política para aprobar una reforma de inmigración que dejó a varias familias separadas y obligó a estos otros a intentar cruzar la frontera de esta manera.

“Ya son dos millones de deportaciones bajo la administración del presidente Obama y no se vale, es muy importante que sigamos insistiendo en este tema”, concluyó.

El tercer y último grupo que se entregará a las autoridades de inmigración, incluyendo los organizadores, cruzará la frontera este domingo por la garita de Otay Mesa.

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