El Barrio busca salir paso a paso de penosa tragedia

En medio del dolor, los residentes de East Harlem intentan recuperarse

Las tareas de remoción de escombros continuaban en la zona de la explosión, mientras se intentaba precisar las causas del incidente que dejó ocho muertos y decenas de heridos.

Las tareas de remoción de escombros continuaban en la zona de la explosión, mientras se intentaba precisar las causas del incidente que dejó ocho muertos y decenas de heridos. Crédito: EFE

Nueva York — Luego de la terrible explosión en East Harlem que causó la muerte de ocho personas y dejó 54 heridos, el clima es menos tenso, pero el dolor sigue a flor de piel entre los residentes.

Genera Sánchez (52), quien trabaja por 11 años en la botánica Almacén Ochun en el 1630 de la avenida Park, dijo estar aún impactada por la tragedia.

“Conocí a las víctimas, por eso me duele tanto. Rosaura Barrios y su hija Rosaura Hernández, Griselde Camacho y Jorge Amadeo eran clientes de la botánica”, indicó. “Hay mucha tristeza. Tomará tiempo para que las heridas sanen”.

Sánchez recuerda que el negocio tenía pocos minutos de abrir cuando ocurrió la explosión. El potente estallido hizo volar en pedazos los ventanales del establecimiento.

“Pensé que había ocurrido algo con el tren, pero pronto una tremenda humareda oscureció el bloque”, dijo. “Cuando supe que los edificios colapsaron, sentí en el alma a las familias que conocí por más de una década”.

Sánchez dijo sentir mayor pesar por la muerte de Jorge “George” Amadeo (44). “El tenia un perrito y todos los días lo paseaba por la tienda. Si estábamos ocupados en el mostrador, él se quedaba quieto afuera hasta que tuviéramos tiempo para saludarlo”, indicó. “Era muy amistoso, siempre estaba de buen humor. La última vez que lo vi fue el lunes cuando vino a comprar velas”.

Sánchez, quien dijo estar más tranquila luego de la devastadora mañana del miércoles, comentó que los problemas de gas en los negocios frente a la botánica son comunes.

“Los vecinos reportaban con frecuencia olor a gas. La gente de Con Edison viene y arregla, pero a los pocos días el olor regresa”.

Los expertos aún intentan determinar las causas de la explosión, pero la hipótesis de una fuga de gas se mantiene. En medio del clima de incertidumbre, los desplazados no tienen fecha clara de cuando volverían a sus hogares.

“El alcalde Bill de Blasio nos dijo que podríamos regresar a casa en una dos o tres semanas, pero nada es seguro”, dijo la mexicana Maire Mendoza, quien vive en uno de los edificios adyacentes a los colapsados. “Mi familia fue ubicada a un departamento de dos habitaciones en El Bronx. Pasamos dos días en el refugio de la calle 125”.

La oficina del alcalde apuntó que 55 familias desplazadas —integradas por un centenar de individuos— están registradas para recibir asistencia. La Junta de Bienes Raíces dispuso de vivienda temporal por tres meses, pero la ciudad ofrecerá departamentos a largo plazo.

Robert Sumwalt, vocero de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), dijo que las pruebas de presión realizadas luego de la explosión del miércoles, indicaron una concentración del 5% al 20% de gas natural en la zona del desastre.

“En condiciones normales, los niveles serían cero”, apuntó Sumwalt. “Estos datos refuerzan la hipótesis de que se trataría de una fuga de gas. Será de dos a tres días cuando los investigadores puedan realizar pruebas, de forma segura, que nos lleven a una conclusión”.

Mientras tanto, el equipo técnico de Con Edison, bajo la supervisión de NTSB, continúa haciendo pruebas de presión en la línea de distribución a lo largo de la calle 116, entre las avenidas Park y Madison, para determinar si es seguro que los residentes puedan volver a sus hogares, pero las autoridades no ofrecen una fecha probable.

Bob McGee, vocero de Con Edison, indicó que en los registros de los últimos tres años sólo se encontraron dos quejas en el bloque de la explosión (en 2011 y 2013) relacionadas con problemas de gas, pero en ambos casos se trató de una situación menor.

Sumwalt dijo que la línea de distribución —fabricada con hierro fundido de 8 pulgadas y paredes de una pulgada de grueso— a lo largo de la avenida Park fue instalada en 1887, pero la antigüedad no sería un factor de riesgo si se mantiene adecuadamente. Sin embargo, el congresista Charles Rangel expresó su preocupación por lo que calificó como una “infraestructura pobre y anticuada”.

“Antes de que otra comunidad sufra gran destrucción, urge apuntalar nuestra infraestructura del siglo pasado que simplemente no puede mantenerse al día con las demandas del siglo 21”, dijo Rangel.

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