Eric Cantor vuelve a retórica de amnistía

La postura política de Cantor es decisiva para el debate sobre la reforma migratoria

Eric Cantor, congresista republicano de Virginia y líder de la mayoría republicana de la Cámara Baja.

Eric Cantor, congresista republicano de Virginia y líder de la mayoría republicana de la Cámara Baja. Crédito: Archivo / EFE

La ofensiva demócrata para atribuir el fracaso de la reforma migratoria en el Congreso a los republicanos está en su clímax durante el receso legislativo, pero más allá de John Boehner, el presidente de la Cámara de Representantes, la molestia pública y privada está centrada en el líder de la mayoría Eric Cantor, a quien retratan como el principal obstáculo en el camino.

Funcionarios de la Casa Blanca estaban molestos el miércoles, luego que Cantor hiciera pública una llamada que se suponía era privada con el Presidente Barack Obama, donde ambos hablaron de inmigración. A nivel de estrategia creen que “bastaría con que el congresista no se opusiera a un voto -ni siquiera que lo apoyara- para conseguirlo”.

El legislador no sólo realizó una declaración oficial al respecto, sino que criticó fuertemente al mandatario. “El Presidente me llamó horas después de que entregara un mensaje partidista en que me atacó a mí y mis colegas republicanos y que reflejaba que no existe un deseo sincero de trabajar juntos. Después de cinco años todavía no ha aprendido cómo trabajar efectivamente con este Congreso”, aseguró.

Cantor fue más allá e incluso utilizó una retórica más extrema que lo habitual “los congresistas republicanos no apoyan el proyecto de ley de inmigración del Senado y esfuerzos de amnistía y no lo consideraran”, dijo.

Organizaciones pro inmigrantes como FIRM reaccionaron a las palabras de Cantor diciendo que su “complacencia con la extrema derecha tiene prioridad antes que resolver la crisis de separación familiar en Estados Unidos”.

Mientras Cantor parecía estar trabajando en el proyecto de ley KIDS Act para los jóvenes indocumentados en 2013, se mantuvo alejado de la letra escarlata del debate migratoria: “la amnistía”. Pero ahora, a ocho meses de las elecciones legislativas, se reencontró con ella.

La influencia de Cantor en la bancada republicana es indiscutible y poco analistas políticos dudan en que se convertirá en presidente de la Cámara de Representantes en el futuro cercano, si su partido mantiene la mayoría.

Al interior del Congreso tiene el apoyo de los legisladores más cercanos al Movimiento del Partido del Te y su maquinaria de recaudación de fondos para las elecciones es fuerte. Su comité de acción política “Cada republicano cuenta” ha reunido sólo en el ciclo 2014 más de $3,2 millones, $1,4 millones se han destinado para apoyar a candidatos federales.

“Eric Cantor tiene la oportunidad de ser el salvador republicano de la reforma migratoria, es tan importante como Boehner”, aseguró Ali Noorani, director ejecutivo de National Immigration Forum.

Fuentes activistas lo definen como el “principal obstáculo para la reforma” a nivel privado y también lo ven como una figura “casi intocable” cuando se evalúan grupos externos que puedan ayudar a presionarlo en esta área.

Desde 2013 el grupo BBB (Biblias, Insignias y Negocios) que incluye a grupos de fuerza de orden, empresarios y organizaciones religiosas, se ha acercado a varios legisladores republicanos y han tratado de aumentar la presión con ellos, pero Cantor ha permanecido inmune a este esfuerzo, siendo judío. La coalición hasta ahora no cuenta con una fuerte influencia en este sector.

Consultados por La Opinión, la oficina de Cantor no respondió a las críticas de activistas.

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