Maya Angelou, 10 lecciones de vida

Angelou rompió el molde de todas las maneras posibles y nos dejó como legado lo que es vivir, vivir.

Maya Angelou nunca tomó clases en la universidad, pero recibió 30 títulos honorarios.

Maya Angelou nunca tomó clases en la universidad, pero recibió 30 títulos honorarios. Crédito: Cortesía University of Delaware

A los 86 años, se fue uno de los grandes talentos del sur, Maya Angelou.

Esta mujer afroamericana se salió del molde de todas las maneras posibles: aún precedido por la violación de la que fue objeto por parte del novio de su madre y los subsecuentes 5 años de silencio (y comienzo de su pasión por las letras), estudió drama y baile en Oakland, durante la Segunda Guerra Mundial; se convirtió en la primera mujer negra en conducir un tranvía; tuvo a su hijo Clyde a los 17 años y en 1951 se casó con un electricista griego (desafiando las estrictas percepciones raciales sobre el romance de la época).

A partir de su divorcio en 1954 Angelou se convirtió en bailarina profesional y en el 58 se unió a los Harlem Writers Guild. Nunca estudió en la universidad formalmente, pero alcanzó 30 títulos honorarios y fue profesora de estudios norteamericanos. “Me creé a mí misma”, solía decir Angelou, “me he enseñado a mí misma tanto”. Hablaba seis idiomas y se ganó un gran reconocimiento como autora con “I Know Why the Caged Birds Sings”, parte de una serie de libros autobiográficos.

Tal vez fue el terremoto que fue su vida, tal vez fueron los 5 años de silencio cuando niña, tal vez fue su mundo mental o tal vez lo fueron todos, lo que sí es cierto es que Maya nos dejó un gran legado de lecciones para vivir, vivir:

  • “Aprendí que todos los días deberías acercarte y tocar a alguien. La gente ama un cálido abrazo, o simplemente una palmada amistosa en la espalda”.
  • “Aprendí que aún tengo mucho por aprender”.
  • “Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarán cómo las hiciste sentir”.
  • “Aprendí que cuando decido algo con un corazón abierto, casi siempre tomo la decisión correcta”.
  • “Aprendí que incluso cuando siento molestias, yo no tengo que ser una”.
  • “Aprendí que a veces la vida te da segundas oportunidades”.
  • “Aprendí que no hay que ir por la vida con guantes de béisbol en ambas manos, tienes que aprender a tirar algunas cosas”.
  • “Aprendí que sin importar la relación que tengas con tus padres, los extrañarás cuando ya no estén en tu vida”.
  • “Aprendí que ‘algo de qué vivir’ no es lo mismo que vivir”.
  • “Aprendí que no importe lo que pase, o cuán malo puede parecer el día de hoy, la vida continúa, y mañana será mejor”.
  • “Aprendí que se puede decir mucho sobre una persona a partir de la manera en que maneja estas tres situaciones: un día lluvioso, equipaje perdido y luces navideñas enredadas.”
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