Administración Obama apoya “Comunidades Seguras”

El secretario de Seguridad Nacional defiende la continuidad de varios programas migratorios

WASHINGTON.- Ante ataques republicanos contra la Administración Obama en el campo migratorio, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, defendió este jueves esperar hasta fin de verano para completar la revisión de las deportaciones, y anticipó la continuidad de programas como “Comunidades Seguras”, y “acción diferida” (DACA) para jóvenes indocumentados.

Johnson compareció por primera vez ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes desde que asumió las riendas del Departamento de Seguridad Nacional en diciembre pasado, en paralelo a una jornada de activismo en el Congreso por parte de grupos pro-reforma, incluyendo obispos católicos y madres y jóvenes indocumentados afectados por las deportaciones.

Durante la audiencia, Johnson hizo frente a los ataques de los legisladores republicanos contra las medidas unilaterales del presidente Barack Obama para ayudar a los indocumentados y que, según los conservadores, merman la confianza en su Administración y las posibilidades de lograr la reforma migratoria este año.

Johnson sugirió que la Administración Obama no descartará el controvertido programa policial de “Comunidades Seguras”, que permite deportar a indocumentados criminales, sino que buscará mejorarlo porque es “muy valioso”.

“No creo que debemos eliminarlo… necesitamos un nuevo comienzo”, dijo Johnson, al señalar que el programa, ampliado a todo EEUU en 2013 y que ha causado la repulsa de la comunidad inmigrante, ha generado “malos entendidos” entre las comunidades locales y estatales”.

El titular del DHS anticipó la continuidad del “programa de acción diferida” (DACA) para jóvenes indocumentados que reúnen ciertos requisitos.

En vísperas del segundo aniversario de su puesta en marcha en agosto de 2012, unos 600,000 jóvenes indocumentados se han inscrito en “DACA”, y una prioridad del DHS es “ver cómo administrarlo mejor”, explicó Johnson.

También dijo que busca un “entendimiento más profundo” sobre la puesta en libertad de más de 36,000 indocumentados criminales ?algo que ha enfurecido a los conservadores-, pero no ofreció plazo para examinar el asunto.

En la vista, que en ocasiones se tornó tensa, el presidente del Comité, Bob Goodlatte, y el resto de los republicanos, insistieron en que la aplicación selectiva de las leyes de inmigración dificulta el voto de la reforma migratoria este año.

De hecho, la Cámara de Representantes aprobó hoy una enmienda del republicano Steve King, dentro de una ley de gastos para el Departamento de Justicia, que exige una investigación del uso de la “discreción procesal” para indocumentados con antecedentes criminales.

Johnson defendió la idea de esperar hasta el fin del verano antes de adoptar alivios migratorios para los indocumentados, algo que ha suscitado críticas de grupos pro-reforma, que aseguran que la crisis migratoria no puede esperar más. Mientras, grupos conservadores reiteran su rechazo a cualquier “amnistía” para la población clandestina.

Obama quiere dar espacio a que los republicanos de la Cámara Baja voten la reforma migratoria antes del receso legislativo de agosto. Pero el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, replicó acusando a Obama de politizar el asunto.

En declaraciones a La Opinión, dos activistas del grupo “Madres de Dreamers” (Dreamers’ Moms), aseguraron que tanto el Congreso como la Administración Obama deben resolver cuanto antes la crisis migratoria.

“Nuestro mensaje es claro: hay que frenar las deportaciones. No podemos ceder solo porque algunos dicen que la reforma está muerta, vamos a seguir luchando”, dijo Eva María Torres, una mexicana indocumentada de Virginia, con un hijo amparado al “DACA”.

Alejandra Salcedo, fundadora del grupo, agregó: “es decepcionante que algunos grupos encubran las deportaciones de Obama… el Congreso tiene que actuar pero la Administración Obama también tiene responsabilidad en esto, y los que pueden votar en noviembre tienen la responsabilidad de hablar por los que no pueden hacerlo”.

Mientras, varios obispos católicos realizaron una misa por la comunidad inmigrante y para pedir que los políticos tengan “valor” de actuar por la reforma. Posteriormente, visitaron las oficinas de varios republicanos, incluyendo Boehner, para presionar por la reforma migratoria. Algunos de los obispos participaron en una misa en la frontera entre Arizona y México el pasado 1 de abril.

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