Editorial: Tonterías sobre el fútbol
Las barrabasadas de columnistas mezclan política con deporte
No es raro que al deporte se le dé a veces una connotación política. Una de ellas es la cuestión del soccer o fútbol en Estados Unidos, que literalmente asusta a algunos columnistas porque lo ven como un deporte que integra a nuestro país al resto del mundo, lo cual desafía la tendencia conservadora al aislacionismo internacional.
Cada cuatro años el Mundial es seguido por una mayor cantidad de estadounidenses. Esta es una señal de que el juego está capturando un interés popular, que el equipo estadounidense es más competitivo y que Estados Unidos es una parte activa de un verdadero deporte global, donde el campeón del mundo sale de una competencia internacional.
No obstante, todavía se sigue discutiendo la ridiculez de si el el soccer es “antimericano”, si es un deporte “socialista” e incluso repetir la acusación contra el presidente Obama de ser “socialista” y usar ahora como una nueva prueba de esa afirmación, el que el mandatario haya usado la palabra “football” en vez de soccer durante una conferencia de prensa en Bruselas.
Estos comentarios, entre otros más ridículos, fueron expresados por columnistas conservadores cuyas opiniones son muy respetadas como la bestseller Ann Coulter, el analista Marc Thiessen del Instituto Enterprise y Tim Cavanaugh de National Review, para nombrar algunos.
El caso de Coulter sobresale porque en su larga lista de objeciones incluye la naturaleza inmigrante en un juego que a su ver es una señal de “la decadencia moral de la nación”.
Es irrelevante si a una persona le gusta o disgusta un deporte. Lo preocupante es ver las tonterías mayúsculas que estos analistas dicen, cómo mezclan la cultura, la política y el deporte para impulsar mensajes antiinmigrantes y aislacionistas que no conciben que Estados Unidos no tenga un rol hegemónico en todo lo que hace fuera de sus fronteras.
Para quienes siguen el fútbol, les debe sorprender el nivel de ignorancia de estos columnistas y sus barrabasadas. Para quienes seguimos la política estadounidense no nos sorprende mucho: ya los escuchamos opinar -por ejemplo— sobre la inmigración, el calentamiento global y otros temas más.