Gabriela Rosa y el futuro político de Adriano Espaillat

Analistas anticipan que la mala racha de Espaillat podría ser breve si el caso de Rosa no destapa otros escándalos que lo involucren

Nueva York – La renuncia de la asambleísta Gabriela Rosa (D-Manhattan) por fraude migratorio y financiero, levanta especulaciones sobre el impacto que pueda tener en el futuro político de Adriano Espaillat.

Rosa es una de los aliados políticos más cercanos Espaillat en el Alto Manhattan. Ella se declaró culpable por corrupción una semana después que el funcionario dominicano fuera derrotado por segunda vez como candidato para el Congreso por Charles Rangel.

Analistas anticipan que esta mala racha del funcionario de origen dominicano podría ser breve, siempre y cuando el caso de Rosa no destape otros escándalos que lo involucren directamente.

Espaillat ahora busca su reelección como senador, y según el consultor político Mike Nieves, el funcionario cuenta con los votos suficientes para quedarse en Albany. “Le fue muy bien en su distrito en las elecciones del martes pasado y esos números se pueden traducir fácilmente en votos para el Senado”, explicó el experto, quien trabajó para la campaña de Rangel en 2012.

Nieves agregó que esta vez su contrincante es “débil”. Espaillat se enfrenta al exconcejal Robert Jackson por la silla en el Senado. Cabe notar que Jackson al igual que Espaillat, respaldó la candidatura de Rosa para la Asamblea.

Los casos de corrupción de aliados de Espaillat pueden presentar un desafío para cualquier candidato respaldado por Espaillat para ocupar el puesto que Rosa deja vacante en la Asamblea. Es una gran oportunidad para que los adversarios de Espaillat aseguren ese puesto y dividan el liderazgo del Alto Manhattan.

Rosa era parte de la alianza política cosechada por Espaillat en el Alto Manhattan, la cual también incluye a los concejales Ydanis Rodríguez y Mark Levine. La edil se suma a la lista de los tres aliados de Espaillat que se han enfrentado a la justicia por corrupción aunque el caso de Rosa no tiene que ver con su desempeño como funcionaria pública.

Los otros dos son el exasambleísta Nelson Castro, quien fuera jefe de personal de Espaillat cuando éste era asambleísta, y el exconcejal Miguel Martínez, quien ocupó el cargo del actual concejal Ydanis Rodríguez. Castro fue acusado de perjurio en relación a su campaña para la Asamblea y Martínez cumplió tres años y medio en la cárcel por malversación de fondos.

Según el experto en política Jaime Estades, los adversarios de Espaillat pueden usar el argumento de que muchos de sus aliados han terminado con casos de corrupción.

Para completar el cuadro, se anticipa el regreso archí rival de Espaillat, el también dominicano Guillermo Linares.

En 1991 Linares se convirtió en el primer dominicano electo a un cargo público en el país al derrotar precisamente a Espaillat como concejal del Alto Manhattan. Desde entonces comienza la rivalidad entre los dos funcionarios electos.

Luego, Linares se posicionó como asambleísta por el distrito 72 hasta 2013, el escaño actualmente vacante.

En 2012, Espaillat lo acusó de “traidor” por respaldar la campaña de reelección de Rangel por el Congreso. Más tarde, Linares trató de desbancar a Espaillat de su puesto en el Senado y su hija Mayra Linares buscó sin éxito quedarse con el cargo de su padre en la Asamblea, pero perdió frente Gabriela Rosa.

Además de Linares, se perfilan como posibles interesados en la silla para la Asamblea, el activista pro viviendas asequibles Ronnie Cabrera, quien fue candidato para ese puesto en 2012 en la boleta republicana, y Carmen de La Rosa quien se desempeña como directora presupuestaria y legislativa en la oficina de Ydanis Rodríguez.

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