Sé lo que hiciste este verano
Cómo evitar que los niños pierdan conocimientos durante las vacaciones

El amor a la lectura comienza en el hogar, mucho antes que la escuela, y no se toma vacaciones. Crédito: Shutterstock
¿Sabías que cada verano los niños pierden un porcentaje de lo que aprendieron durante las clases?
Conocida como Summer Slide o Tobogán de Verano, la pérdida afecta aún más a los niños de bajos recursos, que no tienen acceso a programas educativos durante las vacaciones, y no cuentan con el apoyo de adultos que los motiven a leer.
Esta pérdida es acumulativa y con los años aumenta la brecha entre las habilidades de los niños de clase media y los de bajos recursos.
En 2007, investigadores de la Universidad Johns Hopkins, siguieron el progreso de estudiantes de Baltimore y encontraron que, si bien durante el año lectivo, los niños de bajos recursos progresaban al mismo paso que los de clase media, los primeros retrocedían durante los meses de verano.
Los investigadores concluyeron que esto se debía a la falta de acceso a oportunidades de aprendizaje durante las vacaciones.
Un estudio más reciente de la Corporación RAND (2011) encontró que los niños norteamericanos pierden en promedio un mes de lecciones de matemáticas y de lectura en los meses de las vacaciones. Los niños de bajos recursos se retrasan aún más, perdiendo un promedio de dos meses de lecciones.
1. Comienza con el ejemplo
Si tus hijos jamás te ven sentado disfrutando un libro, nunca sabrán de lo que se están perdiendo
2. Comparte una historia, todos los días
Léeles de manera expresiva y amena. Si usas un tono monótono o bostezas cada tres párrafos, tu niño también se aburrirá.
3. Organiza paseos a la biblioteca
Es gratis y podrás encontrar tanto libros para todos los gustos, como programas diseñados especialmente para los niños durante las vacaciones.
4. Prepara comidas con ellos
Cocinar es una manera divertida de integrar conceptos matemáticos de medición. Pídele a tu niño que planee una comida de principio a fin, buscando recetas, leyéndolas en voz alta y siguiendo los pasos indicados.
5. Salidas educativas
Cada vez que vayan de paseo, pídele a tu hijo que escriba un párrafo describiendo la actividad que acaban de realizar.
Mientras están en la calle, busca oportunidades para que el niño aplique lo que aprendió durante el año lectivo, como hacerle leer los letreros, o pedirle que sume, reste o multiplique los números de las placas de los autos.
6. Matematicas diarias
Pidele que te ayude a sumar la cuenta, cada vez que vayan a hacer el mandado.
El amor a la lectura nace en el hogar, cuando los niños imitan a sus padres.
El reporte anual de Scholastic de 2013 reveló que los niños que más leen, generalmente son aquellos cuyos padres también lo hacen, confirmando la teoría de que el ejemplo tiene más impacto que el nivel económico.
El verano, las vacaciones o incluso la obsesión por el teléfono y otros aparatos electrónicos pueden influir en el aprendizaje de nuestros hijos, pero no necesariamente debe ser así.
Así como los jóvenes leen mensajes en sus teléfonos y tabletas, también pueden acceder a libros y leerlos en sus pantallas electrónicas.
Lo importante es que tu hijo pueda leer un texto de más de tres párrafos de extensión, más allá del formato en que lo haga, o si se está o no de vacaciones.
Un estudio del Centro Pew de investigación reveló que sólo el 56% de los hispanos entrevistados había leído por lo menos un libro en el último año.
Esta tendencia influye en la educación de los niños, tanto o más que los meses de vacaciones