Argentinos de NY sufren y gozan con la Albiceleste en la Final ante Alemania (fotos)

Sentimientos encontrados se adueñaron de los hinchas tras la derrota frente a los alemanes

A Nélida Tévez la inunda la tristeza cuando Alemania le anota un gol a su selección argentina para derrotarla en la final de la Copa del Mundo.

A Nélida Tévez la inunda la tristeza cuando Alemania le anota un gol a su selección argentina para derrotarla en la final de la Copa del Mundo. Crédito: Gustavo Martínez / El Diario

QUEENS, NY – Argentina soñó con la gloria. Argentina cayó con la cara al sol. En una tarde en la que flotaba el olor a campeón en el aire, la tristeza se mezcló con el orgullo adentro del corazón de los argentinos que ayer desde su tribuna en Queens vieron caer a su selección 1-0 ante Alemania en la Final de Brasil 2014.

Las gargantas no encontraron el momento de gritar el gol que le hubiera dado a la Albiceleste su tercera copa del mundo. En cambio, sólo quedó la satisfacción de haber llegado hasta la final.

Estoy mal, desilusionada. Pensé que podíamos ganar pero la pelota no quiso entrar”, comentó Paula Cademartore. “Solo puedo decir que estoy triste. No tengo más que decir”.

Había esperanza. Argentina fue peligroso por momentos y su gente, desde acá, cantó, aplaudió y gritó en aquella esquina por más de dos horas de fútbol. Pero el silencio se comió todo esa emoción cuando Mario Götze marcó el gol que le dio el cuarto título a los alemanes, que de paso se convirtieron en el primer equipo europeo en ganar en América.

A los sudamericanos no les quedó más que aceptar con aplomo la derrota, el segundo lugar como el último gran perdedor de la Copa del Mundo.

“Yo imploré pero dios no se mete en estas cosas. Esto es fútbol y hay que saber ganar así como hay que saber perder”, manifestó Nélida Tévez. “Hoy le hicimos la guerra a un grande, pero nos hizo falta (Carlos) Tévez para que alguien la metiera adelante”.

Con el silbido final, lágrimas comenzaron a brotar, los abrazos de consolación aparecieron y las caras de desilusión se apoderaron de los aficionados que aplaudieron el esfuerzo de su equipo.

“Nuestros muchachos hicieron un trabajo excelente. No tengo nadas que reprocharles, aunque claro que duele la derrota”, comentó Marina Nogueyra. “Ahora esperemos que puedan lograrlo dentro de cuatro años”.

Unos cuantos aficionados cantaban y tocaban tambores, los últimos cantos de un pueblo orgulloso, mientras la policía levantaba las barricadas que habían colocado para manejar a la multitud y los últimos aficionados se iban cabizbajos ondeando sus banderas.

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