Espaillat: “No puedo negar mis raíces”
El político de origen dominicano escribe para El Diario sobre su identidad y por qué buscará la reelección al Senado Estatal.
Durante años, cada vez que he hablado con mi madre acerca de mis hijos, un tema siempre ha aparecido en la conversación de un modo muy colorido: su identidad. ¿Son ellos lo bastante dominicanos para ser llamados como tales? ¿Son demasiado dominicanos? ¿Están americanizados? Ahora que soy abuelo, he tenido la misma conversación con mi hijo acerca de mi nieto, Ulises.
Irónicamente, la más reciente campaña electoral produjo una conversación similar.
Por un pequeño porcentaje de votos, perdí las elecciones contra el Congresista Charles Rangel. Claramente, si usted mira los resultados y el mapa de votación, definidamente concluye que los votantes no le dieron un mandato a ninguno de los candidatos. Pero, pasadas las elecciones, varia preguntas fueron planteadas por muchos, incluyendo mi oponente; preguntas que no eran acerca de lo cerrada que fueron las elecciones, sino acerca de quiénes éramos nosotros.
¿Estuvo mi campaña demasiado enfocada en el voto dominicano? ¿Qué acerca de los otros latinos? ¿No enfaticé en la naturaleza histórica de esta elección?
La verdad es que, la búsqueda de elevar a la comunidad dominicana es una parte central de mi carrera en el servicio público.
Para tomar prestado del presidente Obama, yo no soy capaz de negar mi forma de ser, así como no soy capaz de negar la herencia de mis hijos. Esa es la razón por la cual he establecido vínculos con defensores comunitarios en la construcción de nuevas escuelas en el Norte de Manhattan; por eso organicé a los inquilinos y me uní al consejo comunitario de los cuarteles del área para traer orden.
Sabía que la comunidad dominicana se vería perjudicada si no contaba con la representación que merece. Los dominicanos tienen tanto derecho a acceder a los servicios de su gobierno como las demás comunidades.
Pero cuando construimos nuevas escuelas, cuando luchamos contra caseros abusivos, cuando limpiamos nuestras cuadras, no sólo ayudamos a los dominicanos, ayudamos a todos.
Ese es el enfoque en el que se basó mi campaña para el Congreso y por el cual estoy buscando volver al Senado Estatal.
Tenemos viviendas asequibles por construir, escuelas que mejorar, trabajos por crear. Y no podríamos hacerlo sin un luchador en el gobierno que nos defienda a todos por igual, dominicano, puertorriqueño, afroamericano, blanco o asiático.
No tengo todas las respuestas acerca de la raza. No sé si para algunos soy demasiado dominicano o no. Quizás esa también sea parte de nuestra cultura: el constante ir y venir entre nuestra herencia dominicana y nuestra historia de amor con el país que ahora llamamos casa.
Pero sé que si sigo siendo el luchador que defiende a las personas trabajadores en nuestras comunidades y más allá, estaré honrando la identidad que nos conecta y a toda la gente que espero servir.