Editorial: La culpa es del banquero

Se multan a los bancos por la crisis hipotecaria, pero no tocan a sus ejecutivos

El banco Citygroup pagará 7,000 millones de dolares por haber engañado a los inversionistas al venderles hipotecas riesgosas antes del derrumbe financiero de 2008.

El Departamento de Justicia presentó este lunes con bombos y platillas una nueva multa impuesta a un banco por su proceder en la mayor crisis financiera desde la década de los treinta.

Nuevamente, se castiga una institución con una multa que es menor a las ganancias obtenidas por su acción ilegal, o sea que incluso así hicieron buen negocio. Y, por supuesto, ningún ejecutivo bancario se ve personalmente afectado.

Las autoridades federales, por decisión propia, decidieron que la manera más eficiente para castigar los bancos protagonistas de la crisis hipotecaria era multarlos. Los únicos arrestados fueron empleados menores que fueron imprudentes, pero nunca se presentaron cargos contra los altos ejecutivos que desde el otorgamiento del crédito hipotecario hasta la venta del paquete de inversión cometieron engaños y estafas en Wall Street.

El mejor caso del nivel de la impunidad bancaria fue el de HSBC. Se estima que ese banco lavó mas de 881 millones de dolares del Cartel de Sinaloa y del Cartel Norte del valle de Colombia. Esta es solo una parte de los 9,400 millones de dólares que vendió en México. El banco también fue acusado de violar las sanciones económicas estadounidenses contra varios países. El castigo fue una multa de 1,900 millones de dólares y nada más. Una vergüenza, tomando en cuenta que el banco ayudó a mover dinero de drogas manchados con mucha sangre.

Es cierto que es difícil procesar exitosamente a banqueros por delitos financieros, es complicado probar su culpabilidad y tienen a los abogados mejores y más caros de su lado.

Esto deja un sabor de injusticia cuando hay gente que perdió su casa y accionistas que vieron esfumarse su dinero. Cuando las decisiones irresponsables de Wall Street causaron la Gran Recesión, dejando una economía de desempleo.

Los ejecutivos que toman decisiones están protegidos de la ley dentro de sus instituciones. Ellos se llevan bonos y compensaciones mientras que el banco paga las multas.

Mientras no haya castigo a quien mal obra, los problemas no terminarán.

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