Tawakkul Karman, una activista universal

La lucha de una mujer en una sociedad patriarcal

La acción de una mujer puede tener grandes repercusiones en el mundo

La acción de una mujer puede tener grandes repercusiones en el mundo Crédito: Getty Images

A lo largo de la historia han existido guerras y conflictos alrededor del mundo. Con el avance de la tecnología es mucho más fácil y rápido darnos cuenta de lo que está pasando en cada rincón, pero saber muchas veces no es suficiente. En el actuar está la clave y es por esas acciones que numerosas mujeres se han destacado por su labor humanitaria y su valentía al luchar por lo que creen es justo, poniendo en riesgo hasta sus vidas. Una de estas luchas es la de Tawakkul Karman.

En Yemen, su país de origen, por su labor humanitario y activismo político, Karman recibió el Premio Nobel de la Paz en el año 2011, “por su batalla no violenta a favor de la seguridad de las mujeres y de su pleno derecho en la plena participación de la obra de construcción de la paz “. A sus 35 años, es la primera mujer árabe en recibir dicha distinción.

La perseverancia de Karman en el activismo político en su país contra la dictadura de Alí Abdullah Saleh, quien estuvo en el poder durante 30 años y se le conoce por la corrupción y los abusos en contra de los derechos humanos de su régimen, hizo que su nombre y labor se reconocieran de inmediato.

Su profesión de periodista la llevó a fundar en el año 2005 el grupo “Mujeres Periodistas sin Cadenas”, con el objetivo de defender la libertad de expresión y los derechos de las mujeres. Se destacó por ser una dirigente de las manifestaciones populares entre el año 2007 hasta el levantamiento de Yemen en el 2011, las cuales se consideran parte de la Primavera Árabe. En varias ocasiones fue arrestada, lo que provocó mayores levantamientos de sus simpatizantes, muchos de estos jóvenes y mujeres, a quienes siempre alentaba a luchar por un cambio, a defender sus derechos y a participar en la política.

Uno de los acontecimientos más controversiales que ha protagonizado fue en el año 2004, cuando se presentó en una conferencia sin usar el nicab (velo negro que cubre completamente la cara de las mujeres a excepción de los ojos). Este hecho en la cultura occidental fue toda una revolución, pero con ello quería demostrar que utilizarlo es opción de cada una, pues es una cuestión cultural y no está dictada en la religión Islámica, cuyo dogma de fe se basa en el libro del Corán.

En un discurso pronunciado en la Universidad de Michigan en noviembre de 2011, Karman declaró: “Soy una ciudadana del mundo. El mundo en mi país y la humanidad es mi nación”. Con esta declaración, Karman deja en claro que su lucha atraviesa fronteras, que cada mujer que es activa política y socialmente, cada una desde su propia realidad y con sus propios mecanismos, puede marcar una diferencia. Independientemente de las diferencias religiosas, culturales, educativas, económicas, etc. hay barreras que todas debemos romper y estigmas que debemos cambiar. Cada una contribuye al cambio, cada una lucha por el bien de la otra, cada una es una activista universal y Tawakkul Karman es una de ellas.

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