Muerte de Jeida Torres recuerda casos atroces de abuso infantil
Coincidencialmente en los sucesos más publicitados de los últimos años han sido los padrastros los homicidas
Nueva York – El caso de la pequeña Jeida Torres presuntamente asesinada por su padrastro tras una brutal golpiza, volvió a conmocionar a la ciudad de Nueva York como en su tiempo lo hicieron las muertes de Nixzmary Brown, India Durant y Quanchon Browne, entre otros muchos niños víctimas de abuso infantil, que fallecieron a manos de las nuevas parejas de sus madres.
El padrastro de Jeida, Kelsey Smith (20), continúa bajo supervisión policial en el Hospital Bellevue luego que la Fiscalía de Brooklyn lo acusara de homicidio en segundo grado, entre otros cargos criminales.
Smith está acusado de patear a la niña de tres años, golpearle la cabeza con la baranda de la cama y darle golpes en el torso, y esto, según el médico forense, fue lo que provocó su deceso.
En el momento del ataque Smith se encontraba cuidando a Jeida y a su hermano Andrew Torres de 5 años mientras la madre estaba en su trabajo. Según la Policía el niño también fue agredido por Smith cuando intentó defender a su hermanita de la golpiza que estaba recibiendo.
Familiares del acusado declararon que el hombre admitió que usó fuerza excesiva para reprender a la niña, pero que no era su intención matar. Smith, quien pasó dos temporadas en prisión y tiene un largo historial de arrestos, deberá comparecer en corte en los próximos días, tan pronto como los médicos lo den del alta del hospital. El acusado intento suicidarse cortándose las venas de las muñecas.
Cada vez que un niño muere por abuso infantil en Nueva York, se reviven los casos atroces de otros pequeños como fue el de Nixzmary Brown, cuyo homicidio rompió el corazón de los neoyorquinos y generó un fuerte remezón en la Agencia de Cuidado Infantil (ACS).
Actualmente César Rodríguez paga una condena de más de 40 años en prisión por asesinar a su hijastra el 10 de enero del 2006 cuando la niña tenía 7 años. Tras la investigación se descubrió que el padrastro abusaba de manera sistemática de Nixzmary. La niña, que se encontraba desnutrida, fue castigada y bañada con agua fría por haber tomado sin permiso un yogur de la nevera. El golpe mortal lo recibió en la cabeza contra la tina.
La madre de Nixzmary, Nixzaliz Santiago, también fue condenada a 29 años en prisión por ignorar el sufrimiento de su hija.
Este caso desencadenó la primera reforma importante de ACS, especialmente cuando a los 20 días, el 31 de enero del 2006, el pequeño Quanchon Browne, de 4 años, fue asesinado sin piedad por su padrastro en El Bronx. En el caso de Quanchon como en el de Nixzmary, ACS tenía bajo observación a las familias por casos previos de abuso y negligencia. La opinión pública calificó de incompetente a la agencia por permitir la muerte de los menores a manos de sus abusivos padrastros.
Por el caso de Quanchon fue acusado de homicidio José Calderón, quien entonces tenía 18 años. El joven le provocó al niño una fractura de cráneo y de costillas que le laceraron el hígado y otros órganos internos. Según la investigación, Calderón golpeó sin piedad al pequeño quien en un intento desesperado por protegerse se escondió detrás de un televisor que le cayó encima.
En el 2009 el entonces gobernador David Paterson firmó la Ley Nixzmary que endureció las penalidades para los culpables de muertes por abuso infantil al nivel de asesinato en primer grado con una condena máxima de 25 años a cadena perpetua y sin derecho a libertad condicional.
Otro caso reciente fue el de la pequeña India Durant de tres años, quien falleció el 16 de septiembre del 2011 en un apartamento de El Bronx. Kenneth Williams fue acusado de homicidio en segundo grado luego de que el médico forense determinara que la niña murió a causa de golpes en el torso que le laceraron los órganos internos mientras estaba bajo el cuidado de su padrastro. Williams fue juzgado bajo la Ley Nixzmary.