En defensa del matrimonio gay
Todas las semanas hay noticias buenas y malas para el matrimonio gay. Estos desarrollos en su conjunto reflejan que el nivel de aceptación a este tipo relación sigue creciendo a lo largo de la nación.
Ayer fue un tribunal federal el que declaró inconstitucional la prohibición en Carolina del Sur, la semana pasada fue el Tribunal Federal de Apelaciones del Sexto Circuito el que reinstaló las prohibiciones a este matrimonio en cuatro estados, anulando decisiones anteriores de tribunales inferiores.
La Suprema Corte de Justicia es la que finalmente deberá tomar cartas sobre el tema. En sus dos acciones anteriores, reconoció primero el derecho a beneficios federales de las parejas gay y en la segunda se negó a tomar las apelaciones de varios Estados cuyas leyes o iniciativas, prohibiendo el matrimonio, fueron declaradas ilegales por tribunales inferiores.
En la actualidad hay 32 estados, de los 50 de la Unión Americana, con matrimonio gay. Este es el resultado de una evolución en el pensamiento de los estadounidenses en la última década, que fueron aceptando el cambio. Cuando no fue así, los tribunales asumieron su papel histórico de proteger los derechos de las minorías ante el avasallamiento de las mayorías.
En muchos estados, como en California, los votantes aprobaron prohibiciones a los matrimonio gays ya sea por prejuicio moral o religioso. Estos valores no son en los que se debe basar la decisión para prohibir beneficios protecciones y derechos individuales.
Una persona tiene el derecho a unir su vida con otra, hacer la ceremonia que les plazca y que su compromiso sea reconocido por el Estado.
Lo incorrecto es imponer valores religiosos sobre otras personas, especialmente en una sociedad tan diversa en cuanto a creencias como la nuestra . Cada uno tiene derecho a su fe y al respeto a su ligión, no a imponerla a otros con prohibiciones mientras no dañe a otro individuo. Hay una responsabilidad propia.
Ni la religión, ni la institución del matrimonio están en peligro con el casamiento gay. En todo caso si existe una amenaza al matrimonio es la infidelidad, el abuso doméstico, las tensiones financieras y el divorcio. No es la decisión personal de dos hombres o dos mujeres de como quieren vivir su vida