¿Por qué están obsesionados con Charles Manson en EEUU?
¿Qué tiene este hombre para que su historia siga fascinando a los estadounidenses?
Fue detenido por primera vez hace más de cuatro décadas pero Charles Manson, uno de los criminales más famosos de Estados Unidos, ha vuelto ha copar esta semana los titulares de los periódicos al conocerse que obtuvo la autorización para casarse con una joven de 26 años que lo ha visitado en prisión.
Sigue teniendo la misma mirada. Su cabello está ahora lleno de canas pero mantiene la barba. Y con una esvástica tatuada en el entrecejo, Manson mantiene su aura.
Ya hace casi 45 años que envió a un grupo de sus seguidores adoctrinados, conocidos como La Familia, a la casa de la actriz de Hollywood Sharon Tate, que entonces estaba en avanzado estado de gestación, a “destruir absolutamente todo lo que encontraran”. Ella y otras cuatro personas murieron apuñaladas.
En el lugar de los hechos dejaron pruebas falsas para simular que había sido un ataque de las Panteras Negras, un grupo militante de negros estadounidenses, que usaba la violencia para combatir el racismo.
El deseo de Manson era que los crímenes y la muerte de los dueños de dos tiendas la noche siguiente comenzaran una guerra racial de la que él surgiera como líder estadounidense.
No sucedió. En medio de una repulsa colectiva por sus crímenes, lo declararon culpable de conspiración para matar en 1971 y lo condenaron a cadena perpetua.
Ahora, a sus 80 años, a Manson le acaban de dar permiso para casarse con Afton Elaine Burton, una joven de 26 años que se mudó desde el centro de EE.UU. a California para vivir cerca de la cárcel de Corcoran en la que está recluido.
“Lo amo”, ha declarado la joven. “Estoy con él”. Pero es poco probable que esa cercanía haga que algún día pueda vivir con Manson, que no podrá acceder a la libertad condicional hasta 2027.
“¿Por qué una muchacha de 26 años quiere casarse con él?”, se pregunta Daniel Kane, profesor de Literatura Estadounidense en la Universidad de Sussex. “Muestra la continua atracción que tiene por la contracultura hasta hoy. Manson el rebelde, el bandido, el vegetariano radical que quiere matar para hacer oir su mensaje”.
“Es desagradable y demente, pero también es fundamentalmente político de la misma manera que un terrorista contemporáneo es político”, afirma.
La hermana de Sharon Tate, Debra, que actúa de portavoz de las familias de las víctimas de Manson, definió el inminente matrimonio como “ridículo”.
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Pero esta y otras historias de Manson siguen reportándose en los medios de todo el mundo.
La mujer con la que se va a casar se trasladó a California para vivir cerca de su prisión.
Nacido en Ohio, Manson vivió una infancia conflictiva y rodeado de pobreza.
Supuestamente con un alto coeficiente intelectual pero incapaz de leer o escribir correctamente, pasó los primeros años de su vida en diferentes reformatorios.
Cuando tenía cinco años, su madre y su tío fueron a la cárcel por atracar una gasolinera.
A los 13, él mismo ya estaba robando casinos y tiendas a punta de pistola.
Tenía una “tendencia hacia los cambios de humor y una manía persecutoria”, según un psicólogo que le describió como “agresivamente antisocial”, en parte debido a “una familia no favorable, si es que a eso se le podía llamar familia”.
Cuando no podía pagar las facturas o apoyar a su mujer embarazada, robaba. Tras seis años en prisión, fue puesto en libertad en 1967, el año del denominado “verano del amor”.
Manson se obsesionó con la canción de los Beatles “Helter Skelter”, que supuestamente habla de las dificultades de un amor de toda la vida a través de la metáfora de un tobogán.
Sin embargo, Manson la interpretó como una llamada a una guerra racial apocalíptica por la que él y sus seguidores se esconderían en una ciudad subterránea en el Valle de la Muerte de California y serían los únicos supervivientes blancos.
Los negros, pensaba, serían incapaces de organizarse y le pedirían que fuera su líder.
Manson creó una comuna en el rancho Spahn, en el desierto californiano, rodeado de escenarios de películas del Oeste no utilizados de la década de 1950.
Reclutó seguidores, principalmente mujeres de clase media, con las que tomaba LSD y participaba en orgías.
“Consiguió explotar la subcultura hippie de manera brillante”, afirma Kane.
“Los hippies, después de todo, se vendían como no afiliados a las tendencias políticas y sociales, que estaban comprometidos en crear sus propias utopías independientes marcadas por sexo, drogas y rock and roll”.
“Manson tomó todos esos símbolos: LSD, música, amor libre, estilos de vida comunales… y los reenmarcó como herramientas para un asesinato colectivo apocalíptico. Totalmente raro, diabólico y muy, muy seductor”, indica el académico de la Universidad de Sussex.
Una de las últimas imágenes distribuidas de Manson
Con el pelo largo y la barba, los seguidores de Manson vincularon su apariencia con la de Jesús.
“Hay miles de locos diabólicos ahí fuera y hemos visto crímenes más brutales que los de Manson”, afirmó el fiscal del caso Bugliosi a la revista Rolling Stone magazine en 2012, así que, “¿por qué estamos hablando de Charles Manson?”.
“Tenía una cualidad que tiene menos del 1% de la gente. Un aura. “Vibras”, como decían los jóvenes en los años 60. Allá donde iba, los chicos giraban en torno a él”.
Los psicópatas son “increíblemente encantadores y persuasivos”, afirma David Wilson, profesor de criminología de la Universidad de Birmingham. “Para controlarte, para cortejarte, aparentan darte toda su atención”.
Había un sentimiento de desconcierto y terror con los crímenes de Manson: cómo un exconvicto de origen pobre consiguió convertirse en gurú y convencer a los jóvenes de clase media para unirse a su causa.
El caso Manson incluía drogas, orgías y cultos, tres preocupaciones compartidas por los padres de los niños que crecieron en la atmósfera del “amor libre” de aquella época.
También la historia se produjo en un momento de intensas divisiones en Estados Unidos sobre derechos civiles, raza y la Guerra de Vietnam.
En 1968, los disturbios afectaron a varias ciudades.
Wilson cree que la persistencia de Manson como icono cultural se debe a que parecía que estaba mostrándoles a los estadounidenses cómo sus propias negligencias ante las amenazas que aparentemente enfrentaban.
Esto, sumado a su carisma personal hicieron que tuviera un mayor impacto que la mayoría de los criminales.
“Es icónico porque fue la persona que puso fin a los promiscuos 60”, explica. “Su pensamiento raro y extravagante parecía estar perfectamente alineado con el lado dañino de la cultura de las drogas. Ya no era sólo “flower power”. La cultura joven era mucho más oscura y perturbadora de lo que la gente pensaba hasta entonces”.