Ataques errados a la acción de Obama

Ignoran los detalles del plan, de la historia, de la jurisprudencia y de leyes pasadas por el Congreso

La reforma necesaria para poner al día el complejo marco legal migratorio exige mucho más que la acción ejecutiva.

La reforma necesaria para poner al día el complejo marco legal migratorio exige mucho más que la acción ejecutiva. Crédito: María Peña / Impremedia

Los críticos de las medidas de inmigración anunciadas ayer por el del presidente Barack Obama prefieren una retórica rápida a un análisis jurídico, haciendo un llamado a litigios, a cierres y al juicio político. Un examen detallado muestra que la acción de Obama es legal, invita al Congreso a dar su aporte y refuerza la seguridad. Todo lo que los opositores exigen.

Los líderes del Congreso claman que las medidas son una amnistía y una fabricación unilateral de la ley. Ambos son incorrectos.

El plan sólo suspende las decisiones presidenciales para deportar. Esto no significa crear cualquier categoría de visa, conferir la condición de inmigrante, establecer caminos legales para la ciudadanía o la residencia permanente. Esto no legisla o cambia las leyes, que son funciones del Congreso. Obama está ejerciendo la discreción fiscal y el aplazamiento de las deportaciones, algo legalmente hecho por presidentes Republicanos y Demócratas en varias ocasiones desde 1956.

En Estados Unidos v. Arizona, la Corte Suprema de Justicia hizo hincapié en cuan central es el criterio de discreción en nuestro sistema de inmigración. Las leyes de inmigración, como la sección 103 (a) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad y partes de la sección 274a.12 (c) del Código de Regulaciones Federales correspondiente, autorizan la discreción en las opciones de aplicación y en la expedición de autorizaciones de trabajo. Los críticos pasan por alto estos detalles del plan, de la historia, de la jurisprudencia y de las leyes aprobadas por el Congreso.

Los opositores afirman que estas acciones no son democráticas, que son una “bofetada en la cara”, e ignoran el Congreso. El senador Ted Cruz dice que refleja la actitud de un monarca. Estos puntos de vista son equivocados y miopes. Las nuevas medidas han de inspirar la acción del Congreso. El Presidente sigue pidiendo a la Cámara de Representantes que actúe en ley de inmigración bipartidista del Senado, S.744, que ignoraron durante más de un año. Obama hablará hoy en la secundaria Del Sol en Las Vegas, Nevada, donde en 2013 él llamó al Congreso a trabajar en una reforma migratoria. Tal vez los críticos, al igual que el congresista John Boehner, se olvidaron de lo que sucedió hace más de 20 meses. El Congreso es libre de votar sobre este, o cualquier otro proyecto de ley de inmigración.

Los críticos sostienen que el plan perjudica a la seguridad fronteriza y la instrumentación interior. Esto es incorrecto, basta mirar hacia atrás y hacia delante. Obama ha deportado a más de 400,000 personas, ganándose el nombre del “deportador en jefe” y superando los esfuerzos del presidente George W. Bush. Las opciones discrecionales de Obama, en el marco del nuevo plan, se realizan con el fin de centrarse en las deportaciones de los criminales convictos y en la seguridad fronteriza. El plan prohíbe alivio para los no ciudadanos con ciertas condenas penales.

A pesar de los impresionantes logros y del alivio migratorio más significativo en casi 30 años, las medidas de Obama están legalmente protegidas. Garantizan que millones de familias puedan estar sin temor a la deportación y trabajar legalmente, mientras que se labora con énfasis sobre la ley de inmigración vigente

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