Active Barbers, un estilo    que quiere crecer

El oficio de barbero llamó la atención desde adolescentes a Steve Morán y Robert Echiribel. Ahora lo han convertido en un negocio

Steven Morán lo tenía claro desde que tenía 12 años. A aquella edad ya empezaba a cortar el pelo a sus primos. Y siguió haciéndolo en el high school donde convenció a sus compañeros de que tenía buena mano para ello.

Ahora, con 25 años, no solo es el barbero que asomaba en la adolescencia sino también se ha convertido en empresario junto con su socio, el también barbero Robert Echiribel.

Morán y Echiribel, de 31 años, abrieron el pasado mes de marzo Active Barbers, en Santa Mónica (Los Ángeles), de donde son ambos, y sus planes pasan por ampliar el negocio, “no con una tienda más sino con más”, explican.

El local en el que se encuentra hoy por hoy a los Active Barbers tiene el aire de los años cincuenta, en buena medida por las restauradas sillas de aquella época y el estilo de las chaquetas que usan. En este negocio trabajan dos personas más además de ellos y reciben entre 15 y 20 clientes al día. “No es solo un lugar para venir a cortarse el pelo sino también tener buena compañía y pasar un buen rato” porque se ha creado un ambiente cálido para ello.

Antes de abrir Active Barbers, Morán — cuyos padres son de Jalisco—, había trabajado en cuatro establecimientos distintos, incluso cuando estaba estudiando en la escuela de barberos. Pero llegó un momento en el que quiso empezar a trabajar para él mismo. “Vi a mi padre abrir su propio negocio y quise hacer lo mismo, ser como él, además quiero dar a mi futura familia una vida mejor”, explica.

Tenía lo necesario. Primero: confianza en sí mismo. “Porque trabajo mucho muchas horas, siete días a la semana”. Segundo: ahorros “y un camión que vendí para ayudar a financiar el negocio”. Y tercero y más importante de todo, un socio que comparte su devoción por el trabajo y la empresa.

Echiribel, cuya familia mexicana, de Juarez, se asentó en EE.UU en los años veinte, también empezó pronto en el oficio. Alrededor de los 13 años “lo consideraba un hobby” pero era algo que llevaba en cierta medida en la sangre ya que él es la tercera generación de barberos en la familia. De hecho empezó a trabajar con un tío abuelo suyo. “El me dio el primer trabajo”, recuerda.

Aunque se conocieron en la escuela de barberos conectaron después y empezaron a hablar de posibilidades. “Los buenos barberos siempre quieren tener su propio negocio”, explica Echiribel.

Ambos tienen cerca a empresarios. La madre de Echiribel y su esposo tienen un negocio de tapicería y el padre de Morán tiene un bar pero empezó joven a trabajar hasta que con sus ahorros pudo abrir su local.

“Se que esto toma trabajo y dedicación y no espero que las cosas sean fáciles”, admite Morán.

Y trabajo y dedicación están poniendo. “Pensamos llamarnos Active Barbers porque estamos trabajando todo el tiempo”, explica Echiribel, “siete días a la semana en turnos de 12 horas”. Él está casado, tiene hijos y admite que es duro pero “cuando realmente quieres algo lo terminas haciendo. Merece la pena. Sacrificamos mucho pero aquí estamos”, dice.

“El negocio va muy bien, tenemos ganancias”, dice Morán antes de hablar de un futuro en el que se abran varios locales.

Pero igual que no precisaron de préstamos para abrir su local actual, ni Morán ni Echiribel quieren buscar créditos para ampliar su proyecto. “Todo lo hemos hecho con ahorros y no queremos pedir prestado, soy muy conservador en ese sentido, quizá en el largo plazo pero lo evitaremos ahora” dice Morán. “No tener deuda es positivo”, explica su socio

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