La academia y la democratización del conocimiento y de la sociedad

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Campus de la Universidad de California, Merced. Algunos académicos buscan desarrollar un conocimiento interactivo de utilidad social.

Campus de la Universidad de California, Merced. Algunos académicos buscan desarrollar un conocimiento interactivo de utilidad social. Crédito: UC Merced

Sin duda es una visión muy ambiciosa: democratizar el conocimiento y contribuir a la democratización de la sociedad. Pero esto es lo que se proponen un grupo de académicos, activistas y organizaciones de base que recientemente se reunieron en Santa Cruz para dialogar sobre varios temas de interés.

Bajo el título “Generando conocimiento y construyendo poder democrático por medio de la investigación comunitaria y los medios digitales”, la reunión tuvo lugar los días 14 y 15 de noviembre y fue convocada por el Centro de Investigación Colaborativa para una California Equitativa del sistema universitario UC (CCREC, http://ccrec.ucsc.edu).

Se trata de buscar un acercamiento entre académicos y organizaciones no-gubernamentales destinado a generar un conocimiento orientado a cambiar la sociedad con un sentido de justicia social.

Los temas fueron variados y con un formato dinámico que ayudó a que los asistentes participaran activamente.

“Tratar temas sociales de manera aislada no ayuda a las soluciones”, dijo el Dr. Ron Glass, Director de CCREC y Profesor Asociado de Filosofía de la Educación en la Universidad de Santa Cruz. “Debemos enfocarnos en la fuentes de los problemas, no en los efectos”.

Sin duda, Glass se refiere a la tendencia generalizada de los investigadores y las instituciones académicas de EE.UU. de estudiar o enfocarse en eventos específicos sin analizar sus orígenes y consecuencias. De esta manera, el proceso de pensamiento, o lógica del pensamiento, es fraccionada y dificulta el pensamiento crítico.

En otras palabras, este fraccionamiento del pensamiento es una bonita e inteligente manera que aquellos en el poder impusieron para evitar que la gente piense y entienda el funcionamiento de la sociedad dividida en clases sociales y sus consecuencias, como la pobreza, la marginación y el racismo.

En los años 60s, el educador brasileño Paulo Freire (1921-1997) publicó sus más reconocidos libros, “La educación como práctica de la libertad” y “Pedagogía del Oprimido”, considerados como una verdadera revolución pedagógica —o de producción y transmisión del conocimiento.

Simultáneamente, Myles Horton (1905-1990) en EE.UU. , fundador de la escuela Highlander Folk School, con base en Tennessee, formó a decenas de líderes y activistas capaces no solo de encabezar movimientos de cambios sociales sino de promover y diseminar conocimientos en función de la justicia social y la democracia.

Estos notables esfuerzos, a pesar de su gran influencia, han sido parcialmente neutralizados por la sistemática presión de las clases dominantes a través de su industria del entretenimiento y del consumo, y de la educación individualista y apropiación elitista del conocimiento.

Por esto, la tarea de CCREC y organizaciones similares pueden parecer quijotescas. Sin embargo, representan una pequeña esperanza de cambios democráticos en una sociedad dividida en clases que cada día amplia más las diferencias económicas y sociales, que se expresan claramente en el sistema educativo.

“Es irónico que en tiempos de tecnología avanzada la gente ya no habla…” dijo el reverendo Daniel Buford, de la Iglesia Bautista Allen Temple, de Oakland, California. “Manda mensajes de texto. Hoy hay más aislamiento y separación”.

Este es uno de los desafíos que enfrentan aquellos que confían en que las redes sociales contribuyen a la democratización y movilización de la sociedad.

Este es el caso de la Dra. Megan Boler, profesora del Instituto Ontario para el estudio de la Educación y la Universidad, de la Universidad de Toronto, Canadá, quien destacó el papel que redes sociales como Facebook jugaron durante el Movimiento Occupy.

Este Movimiento, surgido después de la crisis hipotecaria de 2007-2008, se desarrolló en varias ciudades de EE.UU. y cuestionó el corazón del sistema económico capitalista, principalmente los bancos y Wall Street. Sin embargo, este movimiento no produjo cambios sociales ni creó un movimiento permanente.

Más aún, el reverendo Buford criticó dicho movimiento por ser básicamente de hombres blancos, muchos de ellos radicales que se interesaban más en generar caos que en construir un movimiento.

También algunos participantes latinos agregaron que se debe tomar en cuenta la irrupción del movimiento inmigrante de 2006 y 2007, que desarrolló su propia y original cadena de información además de las redes sociales: las estaciones de radio.

El uso de las redes sociales y del internet pueden contribuir a la distribución de información sin la censura de los medios tradicionales, o “mainstream”, de propiedad de grandes corporaciones —interesadas en que nada cambie.

Pero detrás de las redes sociales están las personas que las usan. Y estas personas, ¿Están involucradas en sus comunidades? ¿Buscan o desean un cambio social?

Para el Dr. Tim Eatman, profesor Asociado de la Universidad de Syracuse, existen cinco elementos cruciales en la investigación participativa con orientación comunitaria: “Esperanza, Historia, Pasión, Empatía y Planificación”.

Aunque estos elementos parecen más bien un ideario para activistas experimentados, es necesario recordar que el diálogo dentro de la conferencia intentaba provocar cambios en la forma pasiva, tradicional de pensar.

En este sentido, Catherine Bracy, Directora de Code for America, organización dedicada a mejorar el funcionamiento del gobierno por medio de la tecnología, destacó cómo debería funcionar la relación gobierno-ciudadanía: debe estar diseñado para las necesidades de la ciudadanía; hacer posible la participación general; no trabajar solo; usar la tecnología adecuada; hacer que la información esta disponible para todos; usar esos datos para tomar mejores decisiones; organizarse para producir resultados.

Actualmente, ningún gobierno funciona de acuerdo a estos principios.

Entonces, ¿qué hacer? He aquí el problema.

Los participantes de esta conferencia realizan esfuerzos notables para interactuar y crear y compartir conocimientos más allá de los límites de la academia (o del campus), lograr que los conocimientos tengan una aplicación práctica que favorezcan cambios sociales positivos. Y confían en que el uso de las redes sociales y medio digitales ayuden en este proceso.

Este camino recién empieza a construirse y aunque está lleno de obstáculos, existe confianza en que ya no hay vuelta atrás.

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California Educación

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