Presos de Guantánamo prometen buen comportamiento en Uruguay

Uno de los seis presos envió una misiva pública

MONTEVIDEO.- Uno de los seis presos que llegaron el domingo desde el penal estadounidense de Guantánamo a Uruguay en calidad de refugiados, Abdelhadi Omar Faraj, aseguró en una carta pública que su grupo brindará “solo buena voluntad” y “contribuciones positivas” en su estancia en el país que les brindó asilo, publicó hoy el diario El País.

“En cuanto a mí y los otros prisioneros, deseo asegurarle a todos los uruguayos, incluyendo el Gobierno, que brindaremos solo buena voluntad y contribuciones positivas a Uruguay mientras aprendemos español y rehacemos nuestras vidas aquí”, explica Faraj hacia el final de una misiva enviada al diario uruguayo por su abogado en Nueva York, Ramzi Kassem.

Seis presos de Guantánamo -cuatro sirios, un tunecino y un palestino-, considerados de bajo perfil y riesgo por Estados Unidos, fueron trasladados en la madrugada de ayer desde el penal estadounidense a Uruguay como parte del programa de cierre del penal adoptado por el presidente estadounidense Barack Obama.

El 58% de los uruguayos rechazaba en una encuesta en octubre este traslado, un compromiso adoptado por el presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica , en su última reunión con su homólogo norteamericano en marzo pasado.

“Estoy seguro de que muchos uruguayos sienten curiosidad por mí y por los otros hombres, así que quiero dirigir esta carta directamente al pueblo de Uruguay, en el espíritu de apertura y de la amistad que nos han mostrado”, relata el ex interno del penal de Guantánamo, de 39 años y origen sirio.

En su misiva, Faraj muestra su deseo de “agradecer personalmente” al presidente por su “acto noble de solidaridad” y por “su compromiso” a tratarlo a él y al resto de ex reclusos “como seres humanos plenos, en vez de actuar como otro carcelero”.

El ministro de Asuntos Exteriores Uruguayo, Luis Almagro, afirmó en su momento que los reos “serán hombres libres” en Uruguay mientras el titular del Interior, Eduardo Bonomi, negó que pueda recaer sobre ellos algún tipo de “vigilancia especial” de fuerzas estadounidenses.

“Si no hubiera sido por Uruguay, hoy aún estaría en ese agujero negro en Cuba. No tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy por la confianza inmensa que ustedes, el pueblo uruguayo, han puesto en mi y en los otros prisioneros en abrirnos las puertas a su país”, señala.

Faraj, que hasta hace poco era señalado como el “prisionero número 329 de Guantánamo”, relata sus orígenes en Siria, su traslado a Irán para buscar trabajo y luego a Afganistán, su huida a Pakistán, su detención y entrega a militares de Estados Unidos y su traslado a Guantánamo en 2002.

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“Los Estados Unidos me encarcelaron en condiciones crueles, sin cargos, juicio o proceso justo. En 2009, un equipo de gobierno de los Estados Unidos incluyendo a representantes de los militares, el FBI y la CIA revisó mi expediente y determinó de forma unánime que yo debería ser liberado de Guantánamo”, cuenta.

El sirio añade que permaneció “cinco años más en esa prisión desesperante”, ante la imposibilidad de ser repatriado a su país, que “se hundía en una sangrienta guerra civil”.

El sirio demuestra sus intenciones de adaptarse a la cultura uruguaya hablando de fútbol. “He seguido durante mucho tiempo a la Celeste y tenía la esperanza de echarle porras desde Uruguay durante esta última Copa Mundial. Aunque esto no resultó posible, ¡espero poder seguir sus logros con el pueblo uruguayo en la próxima Copa América!”.

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