Editorial: El suicidio entre los veteranos

Los soldados merecen más respeto de los políticos que los envían a la guerra

@LaOpinionLA

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Se estima que cada día 22 veteranos de las fuerzas armadas de Estados Unidos se quita la vida. Este índice de suicidio equivale al doble de la cantidad en la población general.

Esta es una tragedia mayúscula para una sociedad como la estadounidense que se precia de respetar y valorar la función y el sacrificio de los soldados. Los análisis de las cifras hablan de los problemas del estrés postraumático (PTSD) y de las dificultades para adaptarse a la vida civil con todas la inseguridades como la laboral.

La necesidad de hacer algo por estos veteranos llevó a la inusual colaboración entre demócratas y republicanos para aprobar el proyecto de ley Clay Hunt Suicide Prevention for America’s Veternas Act. La medida, que será firmada hoy por el presidente Barack Obama, exige a la Administración de Veteranos (VA) presentar ante el Congreso una evaluación anual de sus programas de salud mental y prevención de suicidio, facilita el acceso de los veteranos a ayuda a nivel personal y busca atraer a más graduados de siquiatría atraer en el VA.

Es difícil creer que $22 millones dedicados a esta ley tengan un efecto significativo en la reducción de los suicidios. Esta es una enfermedad mental muy compleja en donde ni siquiera los estudios del VA son muy claros sobre los motivos que hacen que 8,000 veteranos al año se quiten la vida.

Se estima que las guerras de Irak y Afganistán con los numerosos turnos que han debido pasar los soldados —para sostener guerras largas sin reclutamiento obligatorio— es uno de los motivos.

El servicio de atención del VA también ha sido deficiente. Los recientes escándalos en hospitales han mostrado larguísimas listas esperas y una burocracia más preocupada en proteger su empleo que en atender pacientes. Así algunos con depresión han llegado al suicidio.

Es tan importante que Washington preste atención al problema del suicidio de los veteranos ahora, como lo es prevenirlo evitando enviar a los soldados a guerras sin claridad ni límites que lo destruyen física y mentalmente.

Hay que cuidar a los soldados. Son personas valiosas y sacrificadas que merecen toda la atención médica para recuperarlos y la consideración de los políticos antes de enviarlos a las guerras.


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