Amor a primera vista

El Villarreal en el que juegan los hermanos Dos Santos cala en el corazón de España por su juventud y fresca propuesta futbolística

Todo torneo tiene un equipo con esa seductora capacidad de enamorar. Son esas cenicientas cuya historia se forja con base a trabajo, sacrificio, ilusión, solidaridad y compromiso, condiciones capaces de llevarlos por caminos de éxito imprevisto a ojos de los demás, pero justas recompensas a su entrega. Uno de estos clubes, en España, es el Villarreal de los hermanos mexicanos Giovani y Jonathan dos Santos.

Marcelino García Toral, un estratega con trayectoria vasta en equipos pequeños (Sporting de Gijón, Recreativo Huelva, Racing de Santander, Zaragoza) y sólo una experiencia con un club fuerte como lo es el Sevilla, es el artesano responsable de formar al equipo que roba elogios en la Liga de las Estrellas y siembra respeto en las otras grandes ligas europeas.

Con reputación de ser un hombre recio, metódico y obsesivo con el trabajo, García Toral llegó hace un par de años al llamado Submarino Amarillo. Lo hizo cuando el equipo caía 5-0 frente al Castilla, filial del todopoderoso Real Madrid, en la Liga Adelante (Segunda División de España) y un año después, ya de regreso en la máxima categoría, su equipo es capaz de vencer al Atlético de Madrid, dar dos partidazos contra el Barcelona y empatar 1-1 en el Santiago Bernabéu contra el Madrid.

El Villarreal es uno de los clubes modelo en España. Se fue a la división inferior por una suma de malos momentos y por ser fiel a sí mismo, a su política de llevar finanzas sanas y no endeudarse en exceso como el resto de los clubes de su estatura en aquella liga. Fue con ese respeto a sus ideales como volvió el torneo anterior para sorprender y colarse a la Europa League, de la cual nadie lo descarta para pelear por la corona.

“Practicar un buen fútbol, invertir en la cantera y no deber nada a nadie”, es la política sobre la cual se maneja Fernando Roig, el exitoso empresario de la cerámica de origen español y dueño del Villarreal, quien ha llevado al fútbol la misma filosofía con la cual se mantiene exitoso en el muy competitivo mundo de los negocios.

Es el triunfo de dar en el clavo gracias al análisis y la reflexión y no a golpe de suerte y talonario. Marcelino ha sabido identificar sus necesidades y dar con la tecla al momento de buscar en el mercado a futbolistas capaces de creer en sus cualidades, de entender la necesidad de jugar en equipo y con capacidad de superación.

Por ello, si la campaña anterior uno de sus hombres clave era Giovani dos Santos, el estratega tenía clara la necesidad de tener un futbolista en el banquillo con la capacidad de suplir al mexicano cuando éste no estuviera disponible.

Así fichó al argentino Luciano Vietto, a quien hoy varios equipos del Viejo Continente ya desean.

Giovani cayó lesionado a mediados de la primera vuelta y no ha recuperado la titularidad. Vietto dejó el banquillo para no regresar a él. Veloz, intuitivo, potente y con carácter voraz, el joven, hoy de 21 años y autor de 11 goles en esta campaña, sedujo a Diego Simeone, cuando éste dirigía al Racing argentino. También alumbró el ojo de Gerardo Martino, estratega de Argentina y exentrenador del Barcelona, cuando éste dirigía a Newells.

Ahora Gio es un relevo de lujo en la Liga de España. Es incisivo, con buen disparo lejano, encarador y valiente. De hecho, su técnico, no lo ve en la suplencia por mucho tiempo más.

Otro acierto de Marcelino García Toral es el fichaje de Jonathan dos Santos, quien tras años de frustración en el Barcelona y una rotura de ligamento cruzado de la rodilla derecha, fue contratado por el Villarreal a petición del estratega asturiano, quien le dosificó los minutos hasta, gracias a la encomiable labor del mexicano, dejarlo como un fijo en su 11 ideal.

El Villarreal es un equipo joven, con un aire refrescante y carácter indolente, como de adolescente en busca de comerse el mundo, tal como lo hace otra de las joyas jóvenes con la cual cuenta pero, para su infortunio, no es de su propiedad: el diamante ruso Denís Dmítrievich Chéryshev.

Chéryshev es un extremo con aires de nostalgia. Tiene 24 años, habla un español perfecto porque se formó en la cantera del Sporting de Gijón y está a préstamo sin opción de venta con el equipo amarillo.

El atacante es una de las estrellas sobre quien el estratega italiano Fabio Capello tiene depositadas esperanzas en la selección rusa de cara a la Copa del Mundo de Rusia en 2018 y, según la prensa española, estará de vuelta irremediablemente con el Real Madrid para la próxima campaña.

García Toral no se amarga el momento. Él piensa en la parte alta de la tabla: hasta la Jornada 26 el Villarreal se encontraba en la sexta posición, lo cual les asegura plaza en la Europa League, a ocho puntos de su gran objetivo, la Liga de Campeones.

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