A la espera del “sí” de la Corte Suprema

El máximo tribunal escuchará argumentos para decidir si el matrimonio entre parejas gay es válido en los 50 estados

Washington, D.C.

En Estados Unidos la lucha a favor de los matrimonios entre parejas del mismo sexo ha avanzado a trompicones. Hace apenas unas décadas ser gay era sinónimo de criminal y el Tribunal Supremo no se atrevía siquiera a tocar un tema tan radiactivo.

Ahora, con un movimiento cívico decidido a pintar el mapa nacional de “rojo” –color del amor y símbolo de la comunidad gay- y varias victorias legales en su saco, el Tribunal Supremo se prepara para la “madre de todas las batallas” sobre estas uniones.

Mañana martes (28 de abril) el  Tribunal Supremo escuchará los argumentos orales de un caso sobre matrimonios homosexuales –consolidado de cuatro casos de Kentucky, Ohio, Michigan y Tennessee-  y se prevé que emita su fallo definitivo al respecto en junio próximo.

Esta es la segunda vez en dos años que el mismo grupo de nueve jueces escuchará los argumento sobre si los estados pueden prohibir constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo

Paul Smith, un abogado veterano de estas batallas, quien considera que EEUU ha registrado “un gran progreso” hacia una verdadera igualdad en el trato hacia la comunidad gay, es uno de los que esperan el veredicto con optimismo.

Los grupos en ambos lados del debate reconocen que el tribunal se decantará a favor de los demandantes, como sucedió hace dos años en el caso sobre la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), con un fallo de 5-4”, vaticinó.

Para Smith, si bien hay una mayor aceptación de los gays, el Tribunal Supremo ahora tendrá que decidir sobre el reconocimiento inequívoco de las parejas gay en cada uno de los 50 estados del país.

Sin embargo Smith sostiene que este es solo el principio y que aún queda mucho camino por recorrer. “La comunidad “LGBT” (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) debe continuar su lucha más allá de los derechos nupciales y combatir la discriminación y el acoso en los trabajos, en las escuelas y en la obtención de beneficios”, dice.

La revolución a favor de los gays no ha sido rápida ni fácil, si se toma en cuenta que en 1972 el Tribunal Supremo no quiso abordar el asunto, sino hasta en 1986 cuando determinó que los gobiernos estatales tenían derecho a prohibir la sodomía entre homosexuales.

En 2003, Massachusetts se convirtió en el primer estado en legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo. Ese mismo año Smith ganó ante el Tribunal Supremo el caso “Lawrence v. Texas”, un caso seminal que, con un veredicto de 6-3, eliminó las leyes contra la sodomía en todo EEUU.

 Desde las trincheras

La lucha a favor de los matrimonios gay cuenta con una creciente lista de aliados que incluye a unos 2,000 líderes religiosos, cerca de 400 empresas y 225 alcaldes en 38 estados, quienes han presentado ante el Tribunal Supremo sendos documentos de apoyo, conocidos por el término legal como “amicus brief”.

Mientras tanto, grupos cívicos en todo el país buscan allanar el camino hacia un fallo favorable a las parejas gay, mediante intensas campañas publicitarias y de presión política.

El grupo nacional “Freedom to Marry”, por ejemplo, ha adoptado una especie de “Hoja de Ruta Hacia la Victoria”, en la que ha forjado alianzas con activistas y grupos locales para combatir la exclusión y discriminación de los gay en todas las esferas de la sociedad.

Visibles en el mapa

En la actualidad, 37 estados, entre ellos California, Colorado, Florida, Illinois, Nueva Jersey y Nueva York, además del Distrito de Columbia, sede de la capital estadounidense, permiten la unión legal entre personas del mismo sexo, gracias a la militancia de grupos como “Freedom to Marry”.

A manera de comparación, para cuando el Tribunal Supremo escuchó el caso “Loving v. Virginia” y legalizó en 1967 los matrimonios interraciales, en ese entonces solo 34 estados permitían la unión entre blancos y negros.

Los estados donde todavía se prohíben los matrimonios gay mediante leyes o estatutos, son: Alabama, Arkansas, Georgia, Kentucky, Louisiana, Michigan, Missouri, Mississippi, North Dakota, Ohio, South Dakota, Tennessee, y Texas.

Se calcula que cerca del 72% de la población estadounidense vive en estados donde ya se emiten licencias de matrimonio a parejas gay, en el marco de una intensa “guerra cultural” sobre sus derechos civiles.

Una encuesta de febrero pasado, realizada para CNN/ORC, indicó que el 63% de los estadounidenses cree que las parejas gay tienen derecho constitucional al matrimonio y ese apoyo es compartido entre todos los grupos generacionales en cada región del país.

 Conservadores defienden matrimonios tradicionales

 Sin embargo, para grupos conservadores, el matrimonio gay es un retroceso de la sociedad que pone en peligro la institución del matrimonio y las familias tradicionales.

El presidente de Family Research Council, Tony Perkins, afirmó que el dictamen del Tribunal Supremo “se producirá, sin duda, en un momento clave en la historia de nuestra nación” y es urgente reafirmar que el matrimonio “es la unión entre un hombre y una mujer”.

Mientras tanto, la Organización Nacional para el Matrimonio ha organizó una marcha el sábado pasado frente al Capitolio y vigilias frente al Tribunal Supremo el domingo por considerar que el pueblo estadounidense no aceptará que el Supremo imponga los matrimonios gay en el resto del país, aseguró Brian Brown, presidente del grupo.

En un documento presentado ante el Tribunal Supremo en nombre de un centenar de académicos defensores del matrimonio tradicional, el abogado Gene Schaerr advirtió de que un fallo pro gay tendría graves consecuencias para las parejas heterosexuales.

Según Schaerr, un fallo semejante reduciría las tasas de matrimonios heterosexuales, además de que enviaría el mensaje equivocado de que la sociedad ya no necesita la unión entre un hombre y una mujer para crear “familias funcionales y con hijos equilibrados”.

En la antesala de la audiencia, el grupo Human Rights Campaign (HRC) espera que, como vaticinó Smith, continúe el cambio cultural en favor de los matrimonios homosexuales por tratarse, sencillamente, “de un asunto de justicia e igualdad”.

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