California, el peor estado en seguridad laboral para latinos

Aumenta la tasa de fallecidos en el trabajo entre esta minoría en todo el país

California es el peor estado en materia de seguridad para los latinos. Así lo muestran las cifras del informe elaborado por la agrupación sindical AFL-CIO “Muerte en el Trabajo, el precio de la negligencia” presentado ayer.

De acuerdo con los datos que se recogen estado a estado, en el año 2013 fallecieron en el trabajo 194 personas en California, un 42% más. Es algo que la central sindical califica de “alarmante”.

Es el peor año desde 2006  y uno de los peores que se han visto en el estado. Es más, casi la mitad del total de  los fallecidos fueron latinos y de estos, el 71% eran inmigrantes.

Después de California, Texas y Florida son los peores estados en este sentido.

Las estadísticas son malas en todo el país en general. “Estábamos caminando en la dirección correcta y de repente las cosas se torcieron”, lamenta Peg Seminario, directora de Seguridad y Salud de la confederación sindical AFL-CIO, quien ayer reveló que en 2013 murieron en el trabajo 817 latinos, frente a los 748 del año anterior. El 66% de ellos eran inmigrantes, la mayoría mexicanos.

La tendencia a la baja en materia de mortandad laboral de los últimos años se ha mantenido entre la generalidad de los trabajadores pero se truncó e invertió en el caso de los latinos. Hace dos años y tras una progresiva mejora se registró el peor ejercicio desde 2007 en materia de seguridad laboral latina.

Según el informe de la AFL-CIO, hecho con los últimos datos del departamento de Trabajo,  un total de 4,585 personas murieron en horas laborales en EEUU –la mayoría de raza blanca, con un total de 3.125-, y otros 50,000 fallecieron a causa de enfermedades vinculadas con sus empleos. Eso equivale a 150 trabajadores a diario por malas condiciones laborales, políticas negligentes o falta de suficientes salvaguardas, entre otras razones.

Con todo, son los latinos los trabajadores que corren más riesgo de muerte en el trabajo. De hecho, la tasa de mortandad es un 18% mayor que en el caso del resto de los trabajadores. Seminario explicaba ayer que tanto en número como en porcentajes las cifras de los latinos son un revés.

Neidi Dominguez, directora del Worker Centers de esta central, explicaba ayer que muchos trabajadores latinos tienen miedo a ser deportados y no se quejan o no conocen las regulaciones además no conocen bien el equipamiento que manejan en muchas ocasiones. Estas son cuestiones que no cambian de un año para otro y Seminario admite que no tienen una respuesta a la pregunta de por qué se produjo un empeoramiento. No obstante apunta que se están examinando factores como el aumento del trabajo en la construcción, sector que contrata a muchos latinos, y la jardinería, área en el que hay muchas bajas laborales debido a accidentes en la poda de árboles.

 El sector de la construcción, donde los trabajadores están expuestos a maquinaria pesada y herramientas de alta peligrosidad, registró el mayor número de muertes entre los latinos, con un total de 241, seguido por los sectores de jardinería y transporte y almacenamiento. En 2013 el número de latinos muertos mientras podaban árboles se duplicó a 33 en comparación con 2012, el 87% eran inmigrantes. “Los latinos trabajan en los sectores de más riesgo”, explicaba Seminario.

Mientras tanto, el número de latinos muertos en los sectores de gas y petróleo, donde más han aumentado la actividad y los accidentes de la mano del fracking, se ha duplicado desde 2010, con un incremento cada año: 25 en 2010, 30 en 2011, 36 en 2012, y 39 en 2013.

Suicidios y lesiones

En 2013, el número de suicidios entre los latinos incrementó un 146% en relación al año anterior, y entre los inmigrantes latinos el aumento fue superior al 200%, indicó el documento. Desde la confederación sindical se explica que se necesita explorar el porqué de estos aumentos que también se han detectado entre el esto de trabajadores.

En total, las autoridades reportaron cerca de 3,8 millones lesiones y enfermedades vinculadas con el trabajo pero la AFL-CIO asegura que la cifra en realidad podría ser dos a tres veces mayor, con un total de entre 7,6 millones y 11,4 millones de lesiones cada año.

Parte del problema es que, aunque el gobierno federal ha aumentado las sanciones por violaciones a las normas de seguridad ocupacionales, éstas “aún son demasiado bajas para disuadir las violaciones”. En el año fiscal 2014,  la sanción promedio para una violación laboral grave fue de $1,972 a nivel federal y de $1,043 a nivel estatal.

En el caso de una muerte laboral,  una sanción promedio impuesta por la agencia a cargo, la OSHA, fue de $5,050 a nivel federal y de $4,438 a nivel estatal, algo que Seminario dijo que era totalmente inadecuado.

Desde 1970, solo 88 casos han sido llevados a tribunales, en los que los empleadores recibieron un total de 100 meses de prisión. Pero, desde ese año, más de 390,000 trabajadores han muerto en el desempeño de sus labores.

La AFL-CIO espera que este informe anual ponga un punto final a la inacción en el Congreso para frenar la mortalidad laboral y ayer se pidió una actualización de las leyes de seguridad en el trabajo.

Para el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, el informe demuestra la urgencia de que la comunidad latina tenga una mayor voz en los sitios de empleo.

Una forma de lograrlo es que el Congreso apruebe de una vez una reforma migratoria que saque de la sombra a los trabajadores indocumentados y frene los abusos por parte de sus empleadores.

Es una súplica que vienen arrastrando los grupos pro-inmigrantes durante años pero que ha caido en oídos sordos.

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