Obama visitará sede de Nike para “vender” bondades de pacto comercial  

Activistas programan una protesta contra el acuerdo

Washington
La gigante de ropa y zapatos deportivos Nike, que en la década de 1990 fue sinónimo de explotación laboral, es ahora vitrina de la campaña del presidente Barack Obama por “vender” ante el Congreso el controvertido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y una “vía rápida” para seguir negociando acuerdos comerciales.

Obama, que gusta lucir productos de Nike, visitará mañana viernes la sede de la empresa cerca de Beaverton (Oregon), como parte de una campaña de convencimiento para lograr la aprobación del mega acuerdo comercial entre 12 países de la Cuenca del Pacífico.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest,  Obama usará la visita “para ilustrar cómo un acuerdo comercial responsable, que incluye normas laborales y ambientales ejecutables, beneficiaría enormemente a las familias de clase media y a la economía estadounidense”.

Consciente de las críticas, Obama ha insistido en que el pacto comercial no sólo es el más “progresista” en la historia sino que contiene importantes salvaguardas laborales y ambientales, además de que pide una ley de “vía rápida” para negociar más acuerdos comerciales sin la injerencia del Congreso.

Pero su visita a Nike no ha sentado bien entre la mayoría de los demócratas en el Congreso, sindicatos y grupos cívicos y ambientalistas, que han formado una coalición de más de un centenar de grupos opuestos al TPP.

En declaraciones a este diario, el presidente de la federación sindical AFL-CIO en Oregon, Tom Chamberlain, dijo que el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica -entre EEUU, México y Canadá- ha reducido los salarios en su estado por un promedio de $3,000 al año, y acuerdos como ése y el CAFTA (con Centroamérica y la República Dominicana) han causado una erosión de la base manufacturera en EEUU.

“Sin los ingresos tributarios de empleos para la clase media, no podemos financiar plenamente nuestras escuelas, ni arreglar nuestros puentes y carreteras. Estos acuerdos ponen el crecimiento de nuestra clase media en la mira, y no podemos apoyar eso”, sentenció Chamberlain.

Por su parte, Elizabeth Swager, del grupo “Oregon Fair Trade Campaign”,  también aseguró que el TPP sólo inflará las ganancias de las grandes empresas y “es buenísimo para los multimillonarios pero a costa de los empleos y salarios de estadounidenses”.

“Ya escuchamos las mismas promesas cuando el presidente vendió el acuerdo con Corea del Sur y, tres años más tarde, tenemos un mayor déficit comercial bilateral, una baja en  las exportaciones y la pérdida de decenas de miles de empleos. La gente en Oregon que nos oponemos a exportar empleos locales fuera del país vamos a protestar”, dijo a este diario Swager.

Mientras, el senador independiente de Vermont y precandidato presidencial, Bernie Sanders, envió una carta a Obama el martes pasado pidiéndole que cancelara su reunión con los ejecutivos de Nike porque, a su juicio, la empresa se ha aprovechado de acuerdos semejantes al TPP para trasladar “decenas de miles de empleos” a Vietnam y otros países con bajos salarios.

Otros acuerdos comerciales ya han causado un aumento del déficit comercial de EEUU, un patrón que solo se repetirá si el Congreso aprueba el TPP, advirtió Sanders.

Contrapeso para China

El acuerdo, que incluye algunas de las mayores economías del mundo –entre éstos EEUU, Japón, Canadá, Chile, Perú y México-, pretende servir de contrapeso al creciente poderío de China en la arena internacional y sería, si se concreta, el pacto comercial más grande del mundo hasta la fecha.

La Casa Blanca y los defensores del acuerdo aseguran que el TPP  “nivelará la cancha” para las empresas y trabajadores de EEUU, al promover la creación de empleos a través de un aumento en las exportaciones al continente asiático.

“Si EEUU no es el que se implica en esta dinámica región económica del mundo, entonces prácticamente estamos cediendo terreno a China, y China con toda seguridad intentaría escribir las reglas que pongan en mayor desventaja a las compañías estadounidenses”, ha advertido Earnest.

Pero los activistas señalan que desde 2001 unas 60,000 fábricas han silenciado sus máquinas y cerrado sus puertas por culpa de malos acuerdos, dejando en la calle a decenas de miles de trabajadores, mientras las empresas se trasladan al exterior en busca de mano de obra barata.

Una “piñata” para las corporaciones

Los detractores del TPP, como Sanders, señalan que éste sólo “forrará los bolsillos” de Nike y otras grandes corporaciones y traerá pérdida de empleos y daños ambientales.

Por ello, la “Coalición para Frenar la Vía Rápida” para acuerdos comerciales, que incluye a la AFL-CIO, lanzó la semana pasada una millonaria campaña de anuncios para que el Congreso rechace el TPP.

En un anuncio que muestra al TPP como un tren desenfrenado, el narrador advierte con voz grave de que el acuerdo debilitará la economía, provocará una baja salarial “y hasta permitirá la entrada sin límite de alimentos tóxicos en los mercados de EEUU”.

La coalición no está sola en estas lides, ya que ciudades como Nueva York, y San Francisco y Richmond, en California, Seattle y Bellingham, en Washington, y Pittsburgh (Pensilvania) han adoptado recientemente resoluciones para declararse zonas libres del TPP.

Aunque éstas solo tienen un peso simbólico y sirven para ventilar el descontento popular, líderes locales en esas ciudades quieren que sus representantes en el Congreso voten en contra del TPP cuando sea sometido a un voto definitivo, posiblemente antes del feriado de “Memorial Day”.

Protestas contra Nike

Nike, una de las principales 500 empresas de EEUU, con ventas globales por casi $28,000 millones, tuvo que reinventarse tras la mala publicidad que generó en la década de 1990 por el abuso de trabajadores en maquiladoras y empresas subcontratistas en el exterior.

Fiel al modelo de negocios que le dio fortuna y le ayudó a vencer a rivales como Reebok y Adidas, la empresa sigue fabricando sus productos con mano de obra en el exterior pero asegura que mejoró sus prácticas operacionales y ha logrado crear empleos bien remunerados en este país.

Nike, que ha comprometido unos $50 millones a la campaña “Let´s Move” de la primera dama, Michelle Obama, para fomentar el ejercicio y la buena alimentación en las escuelas públicas, apoya el TPP como una herramienta de desarrollo económico que fortalecerá su competitividad.

Jason Stanford, portavoz de la coalición anti-TPP, no tarda en señalar que Nike se apoya en el sudor de un millón de trabajadores en el exterior que ganan una ínfima parte de lo que ganaría un estadounidense, creando una clara desventaja para los trabajadores en EEUU.

Los activistas llevarán sus quejas contra el TPP al hotel en Portland, donde Obama participará esta tarde en un acto de recaudación de fondos para candidatos demócratas y, mañana viernes, hasta las puertas de Nike en Beaverton, donde el mandatario dará un discurso.

También harán una protesta mañana ante la oficina de la legisladora demócrata del primer distrito de Oregon, Suzanne Bonamici, que apoya el TPP.

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